domingo, 29 de enero de 2012

Dichosa la mujer


Dichosa la mujer que tiene los ojos limpios,
muy despiertos para saber leer el misterio de la vida,
entender los signos de los tiempos,
y descubrir las huellas del Amado.

Dichosa la que tiene los oídos muy abiertos,
para escuchar los mensajes ofrecidos,
y acoger las voces de los pequeños,
los gritos de las víctimas, los anuncios del profeta.

Dichosa la mujer que tiene las manos abiertas, desprendidas;
que sabe que el Reino de Dios le pertenece
y lo espera, también para los pobres.
La mujer de manos disponibles, serviciales,
generosas, para que el Reino de Dios venga.

Dichosa la mujer que camina sobre sus propios pies,
apoyando sus huellas en las de Aquel
que vivió hasta el extremo el amor, que busca enderezarse con otros
y con otras, que quiere dar a luz a la humanidad nueva.

Dichosa la mujer de corazón ardiente,
que escucha la Palabra y se enardece,
que goza con la promesa, contagia optimismo,
cree en la utopía y la trabaja.

Dichosa la mujer alegre aunque conoce el sufrimiento y la pobreza.
No es alegría natural, es recibida, ha escuchado las bienaventuranzas.
Sabe que los pobres, los que sufren son dichosos, Dios está con ellos.

Dichosa la mujer que eleva sus brazos en actitud suplicante,
consciente de su necesidad de Dios
y del Espíritu que fecunda la Historia
y hace posible el fruto deseado,
el que hace “gemir a la creación entera
como en dolor de parto”.

sábado, 28 de enero de 2012

Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,21-28):


En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos entraron en Cafarnaún, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad.

Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar: «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.»
Jesús lo increpó: «Cállate y sal de él.»
El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió. Todos se preguntaron estupefactos: «¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen.»

Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.


Palabra del Señor


Evangelio Comentado por:

José Antonio Pagola
Marcos (1,21-28)
CURADOR
Según Marcos, la primera actuación pública de Jesús fue la curación de un hombre poseído por un espíritu maligno en la sinagoga de Cafarnaún. Es una escena sobrecogedora, narrada para que, desde el comienzo, los lectores descubran la fuerza curadora y liberadora de Jesús.

Es sábado y el pueblo se encuentra reunido en la sinagoga para escuchar el comentario de la Ley explicado por los escribas. Por primera vez Jesús va a proclamar la Buena Noticia de Dios precisamente en el lugar donde se enseña oficialmente al pueblo las tradiciones religiosas de Israel.

La gente queda sorprendida al escucharle. Tienen la impresión de que hasta ahora han estado escuchando noticias viejas, dichas sin autoridad. Jesús es diferente. No repite lo que ha oído a otros. Habla con autoridad. Anuncia con libertad y sin miedos a un Dios Bueno.

De pronto un hombre «se pone a gritar: ¿Has venido a acabar con nosotros?». Al escuchar el mensaje de Jesús, se ha sentido amenazado. Su mundo religioso se le derrumba. Se nos dice que está poseído por un «espíritu inmundo», hostil a Dios. ¿Qué fuerzas extrañas le impiden seguir escuchando a Jesús? ¿Qué experiencias dañosas y perversas le bloquean el camino hacia el Dios Bueno que él anuncia?

Jesús no se acobarda. Ve al pobre hombre oprimido por el mal, y grita: «Cállate y sal de él». Ordena que se callen esas voces malignas que no le dejan encontrarse con Dios ni consigo mismo. Que recupere el silencio que sana lo más profundo del ser humano.

El narrador describe la curación de manera dramática. En un último esfuerzo por destruirlo, el espíritu «lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió». Jesús ha logrado liberar al hombre de su violencia interior. Ha puesto fin a las tinieblas y al miedo a Dios. En adelante podrá escuchar la Buena Noticia de Jesús.

No pocas personas viven en su interior de imágenes falsas de Dios que les hacen vivir sin dignidad y sin verdad. Lo sienten, no como una presencia amistosa que invita a vivir de manera creativa, sino como una sombra amenazadora que controla su existencia. Jesús siempre empieza a curar liberando de un Dios opresor.

Sus palabras despiertan la confianza y hacen desaparecer los miedos. Sus parábolas atraen hacia el amor a Dios, no hacia el sometimiento ciego a la ley. Su presencia hace crecer la libertad, no las servidumbres; suscita el amor a la vida, no el resentimiento. Jesús cura porque enseña a vivir sólo de la bondad, el perdón y el amor que no excluye a nadie. Sana porque libera del poder de las cosas, del autoengaño y de la egolatría.





DICHOS@S


¡Dichoso quien cuida del pobre y débil!
¡Dichoso quien tiende su mano al necesitado!
¡Dichoso quien no sabe negar una ayuda!
¡Dichoso quien sabe amar y comprometerse! Dichosos, sí,
los que no temen arriesgar todo por el Reino.
Dichosos los que saben cambiar la rivalidad por la colaboración,
la competencia por la solidaridad,
la violencia por la justicia y el amor.


Ayúdanos, Señor, a desterrar del corazón
el egoísmo que tantas veces lo envuelve.
Ayúdanos a no fracasar en nuestro intento
de estar atentos al dolor de los demás.
Ayúdanos a saber mirar la realidad,
a descubrir la injusticia y la maldad.
Ayúdanos a ser mensajeros de esperanza, a arriesgar,
si necesario fuera, la vida por los demás.


Tú sabes, que nos duele, ver tantos buenos deseos
que luego no hacemos fructificar.
Que nos duele, tener las cosas claras en la mente
y no traducirlas en compromisos para transformar.


Danos fuerza, Señor, para que tu Palabra y nuestros deseos
lleguen a hacerse realidad.

viernes, 27 de enero de 2012

Cuando el Señor cambia nuestra suerte

Cuando el Señor cambia nuestra suerte,
cuando nos libera de la angustia,
cuando bendice nuestro esfuerzo
y llena nuestras manos de dones,
apenas lo podemos creer,
nos parece soñar.

Y tantos y tantos cambios que nos llenan de alegría:
el drogadicto recuperado, el enfermo que curó casi
milagrosamente, el alejado que volvió a la fe.

O el matrimonio que se recompone
o las Iglesias que se unen o los pueblos que se reconcilian
y el milagro de los que, dejando su vida fácil,
se consagran a Cristo y se entregan gratuitamente a los demás.


Son los toques del Espíritu, el que regala las gavillas del gozo,
el que cambia las lágrimas en cantos de alegría,
el que hace florecer el tronco seco, el que puede resucitar a los muertos.


Desde que el Espíritu cambió la suerte de Cristo,
cuando estaba en el sepulcro, y lo llenó de vida,
todas las suertes pueden ser cambiadas,
todas las muertes pueden transformarse en experiencias de Pascua.



jueves, 26 de enero de 2012

Canto al amor


Señor Jesús: ¿De qué nos sirve hablar todas las lenguas?
Si nos falta el amor, sólo hacemos ruido.
¿De qué nos sirve hablar en nombre de Dios,
conocer los secretos y poseer toda la ciencia?
Si nos falta el amor, nos falta lo esencial.
¿De qué nos vale tener tanta fe como para mover montañas?
Si nos falta el amor, nada somos.
¿De qué nos sirve entregarlo todo a los pobres,
e incluso entregar la propia vida?


Si nos falta el amor, de nada nos aprovecha.
Señor Jesús, tú nos enseñaste:
Que el amor es comprensivo y servicial;
que nada sabe de envidias, de arrogancias ni de orgullos.
Señor, enséñanos a amar.
Que el amor no es grosero ni egoísta, no se impacienta,
no es rencoroso.
Señor, enséñanos a amar.
Que lejos de alegrarse con la injusticia,
el amor encuentra el gozo en la verdad.


Señor enséñanos a amar.
Que el amor disculpa sin límites, confía sin límites,
espera sin límites, soporta sin límites.
Señor, enséñanos a amar.
Tú nos enseñaste, Señor Jesús,
que el amor es más fuerte que la muerte.
Señor, enséñanos a amar.



miércoles, 25 de enero de 2012

CÁNTICO DE LA SABIDURÍA


Dios de los Padres y Señor de la misericordia
que con tu palabra hiciste todas las cosas,
y en tu sabiduría formaste al ser humano,
para que llegase a ser hijo de Dios,
acogiese la Palabra y lograse ponerla en práctica.
Danos el don de la sabiduría, que es el don del buen gusto en las cosas.
El saber discernir, disfrutar, agradar.

Concédenos la espontaneidad con Dios
y la familiaridad con los hermanos.
La facilidad de seguir los pasos del Espíritu,
de saber gustar a Dios donde la gente se confunde;
saber disfrutar, donde todo el mundo tiene prisa de agotar la belleza.
El don de vivir y apreciar la vida.


Contigo está la sabiduría, conocedora de tus obras,
que te asistió cuando hacías el mundo,
y que nos habita, está en nosotros,
nos convierte y cambia el corazón.
Danos luz para saber lo que te es grato
y poder llegar al corazón de las cosas.


Danos luz para dejarnos sorprender por los que nos rodean.
Reconocer la obra de tu amor
donde otros sólo ven circunstancias humanas;
ver con los ojos de Dios y escuchar, dentro de nosotros,
el grito que nos hace servidores de la vida.


Mándala de tus santos cielos, y de tu trono de gloria envíala
para que escuchemos atentos cuando alguien cuenta
y narra sus ilusiones y sus desánimos.
Mándala para que vayamos creando
el espacio donde nos sintamos hermanos
y encontremos juntos la salida oportuna en la búsqueda continua
del camino que nos acerca a Ti.


Porque ella conoce y entiende todas las cosas,
nos llena de valor, constancia y fortaleza.
Es la fuerza de nuestra debilidad para que podamos definirnos,
entregarnos, mojarnos.... hasta lograr la santidad y la justicia.
Nos enviará a los pobres y a consolar a todos los que lloran.


Mándala para que construya nuestra comunidad;
para que allí donde vivamos seamos instrumentos de paz y fermento de fraternidad.
Ella fortalecerá nuestras promesas y esperanzas para que el amor de Dios
derramado en nuestros corazones crezca
y la empresa iniciada por ti no se abandone.

martes, 24 de enero de 2012

Cantad al Señor un cántico nuevo

"Cantad al Señor un cántico nuevo", el del amor.
Enterrad ya los tambores de la guerra.
No se vuelvan a oír los cantos del miedo.
Suenen sólo himnos de alegría y la flauta de la amistad.

El Señor ha hecho maravillas.
De la nada creó el ser, porque nos amaba.
Del ser sacó la vida, porque nos amaba.

En la vida metió su Vida, porque nos amaba.
Nos dio toda su Vida, porque nos amaba.
Cantad al Señor un cántico nuevo

"Su diestra le ha dado la victoria."
No venció reyes gigantes, porque nos amaba.
No aniquiló pueblos numerosos, porque nos amaba.
Venció, sí, las fuerzas tenebrosas del desamor, porque nos amaba
Venció las fuerzas de la guerra, con su perdón.
Venció las fuerzas de la venganza, con su paciencia.
Venció las fuerzas de la ambición, con su generosidad.
Venció las fuerzas del egoísmo, con su gran amor. Cantad al Señor un cántico nuevo

"Los confines de la Tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios"
Un Dios que no mata, sino que se deja matar porque es amor.
Un Dios que muere para que tengamos vida,
porque es amor.
Un Dios puesto en alto como medicina universal,
porque es amor.
Todas sus puertas abiertas, para que entremos,
el nuevo pueblo de Dios porque es amor.
El amor ha dado muerte a la muerte.
 "Gritad, vitoread, tocad".
Contemplad todos la victoria de nuestro Dios, el Amor.
Cantad al Señor un cántico nuevo

lunes, 23 de enero de 2012

Caminante, Señor ¡Ser caminante!

Empiezo a caminar de nuevo, Señor de los espacios,
hasta lo más profundo del Misterio.
Me atrae, irresistible, la luz de tu horizonte;
tu voz me mana dentro, y ...
se hace fuerza impulsora de mis sueños.
Caminante, Señor... ¡Ser caminante!...
ahondando la hondonada
donde habite el silencio.
Caminante, Señor... ¡Ser caminante!...
con equipaje austero, con voluntad y empeño.

Puebla, Señor, mi alma de caminos
y cálzame los pies con tu llamada;
tensa en amor el arco de mis pasos
y lánzame al país de tus Secretos.
Llena de entrega el cuenco de tus manos
y amásala en la vieira de mi espera.
Pon en mis dedos el bastón de marcha:
fiel amigo en mis horas de cansancio...
Cruz, aupando mi débil resistencia
tras la dura verdad de la calzada.


Acabo de beber el agua fresca, aquí en la tarde,
y ya mi cantimplora se estremece con sed ardiente...
Con ausencias nuevas... Llénala de tu paz y tu presencia,
¡que yo pueda saciarme, oh Dios, con ellas!
Ponme el manto, y reviste mi silueta
con la audacia que brota del desierto.
Abre mi ser, Señor, a la sorpresa
que se esconde en la aurora de mi senda
y en la llama del último destello.


Hazme, Señor, sentirme compañero
en ruta hacia la fe y la confidencia.
Hazme, Señor, sentirme compañero,
hermano de las aves y los vientos,
del río, de la roda y las estrellas,
de los chopos y el tiempo.
 Hazme, Señor, vivir en compañía:
compartiendo palabras, pan y suelo,
comprendiendo la historia de las gentes
y sintiendo el latido de los pueblos.


Caminante, Señor... ¡Ser caminante!...
Intentando caminos tierra adentro.
Caminante, Señor... ¡Ser caminante!...
abriéndome a las sorpresas
de tus sendas, siempre nuevas.

domingo, 22 de enero de 2012

Bienaventuranzas de la Paz

Haznos, Señor, servidores de la paz,
que acojamos la paz como fruto de nuestro esfuerzo
y como don tuyo.


Bienaventuradas las personas que no adoran el poder.
Bienaventuradas las que tienen el amor como único poder.
Bienaventuradas las personas que no imponen
la razón por la fuerza.
Bienaventuradas las que actúan con una ternura firme.
Bienaventuradas las personas que no matan para vivir.
Bienaventuradas las que están dispuestas a morir para generar vida.

Haznos, Señor...

Bienaventuradas las personas que no buscan
la justicia para su interés.
Bienaventuradas las que tienen el interés en la justicia.
Bienaventuradas las personas
que no imponen la paz por la fuerza.
Bienaventuradas las que ofrecen la fuerza de la paz.
Bienaventuradas las personas que no usan la venganza.
Bienaventuradas las que ambientan la humanidad con el perdón.
Bienaventuradas las personas constructoras de paz
que viviendo en paz todo lo alegran con la paz.
Haznos, Señor...



sábado, 21 de enero de 2012

Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,14-20):


Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios.

Decía: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»

Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago.

Jesús les dijo: «Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.»

Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.

Palabra del Señor



Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Marcos (1,14-20)
 
OTRO MUNDO ES POSIBLE
No sabemos con certeza cómo reaccionaron los discípulos del Bautista cuando Herodes Antipas lo encarceló en la fortaleza de Maqueronte. Conocemos la reacción de Jesús. No se ocultó en el desierto. Tampoco se refugió entre sus familiares de Nazaret. Comenzó a recorrer las aldeas de Galilea predicando un mensaje original y sorprendente.

 
El evangelista Marcos lo resume diciendo que «marchó a Galilea proclamando la Buena Noticia de Dios». Jesús no repite la predicación del Bautista, ni habla de su bautismo en el Jordán. Anuncia a Dios como algo nuevo y bueno. Este es su mensaje.

«Se ha cumplido el plazo». El tiempo de espera que se vive en Israel ha acabado. Ha terminado también el tiempo del Bautista. Con Jesús comienza una era nueva. Dios no quiere dejarnos solos ante nuestros problemas, sufrimientos y desafíos. Quiere construir junto con nosotros un mundo más humano.

«Está cerca el reino de Dios». Con una audacia desconocida, Jesús sorprende a todos anunciando algo que ningún profeta se había atrevido a declarar: “Ya está aquí Dios, con su fuerza creadora de justicia, tratando de reinar entre nosotros”. Jesús experimenta a Dios como una Presencia buena y amistosa que está buscando abrirse camino entre nosotros para humanizar nuestra vida.

 
Por eso, toda la vida de Jesús es una llamada a la esperanza. Hay alternativa. No es verdad que la historia tenga que discurrir por los caminos de injusticia que le trazan los poderosos de la tierra. Es posible un mundo más justo y fraterno. Podemos modificar la trayectoria de la historia.

«Convertíos». Ya no es posible vivir como si nada estuviera sucediendo. Dios pide a sus hijos e hijas colaboración. Por eso grita Jesús: “Cambien de manera de pensar y de actuar”. Somos las personas las que primero hemos de cambiar. Dios no impone nada por la fuerza, pero está siempre atrayendo nuestras conciencias hacia una vida más humana.

«Crean en esta Buena Noticia». Tómenlo en serio. Despierten de la indiferencia. Movilicen sus energías. Crean que es posible humanizar el mundo. Crean en la fuerza liberadora del Evangelio. Crean que es posible la transformación. Introduzcan en el mundo la confianza.

¿Qué hemos hecho de este mensaje apasionante Jesús? ¿Cómo lo hemos podido olvidar? ¿Con qué lo hemos sustituido? ¿En qué nos estamos entreteniendo si lo primero es “buscar el reino de Dios y su justicia”? ¿Cómo podemos vivir tranquilos observando que el proyecto creador de Dios de una tierra llena de paz y de justicia está siendo aniquilado por los hombres?





Benedictus

Tú eres bendito, Señor, porque has visitado a tu pueblo,
porque has suscitado en tu pueblo una fuerza de salvación
y ya es posible esperar y caminar hacia la promesa.

Tú eres bendito, Señor, porque tu salvación nos libra del mal,
es misericordia con nosotros,
es alianza para siempre con el ser humano,
porque eres fiel a la promesa hecha a nuestros padres.

Tú eres bendito, Señor, porque nos libras del temor,
porque podemos estar en tu presencia, porque
estás a nuestro lado.



Tú eres bendito, Señor, porque nos visitas de lo alto,
porque nos iluminas el camino,
porque rompes las tinieblas,
porque has roto la noche
y guías nuestros pasos por el camino de la paz.

viernes, 20 de enero de 2012

Bendito seas, Señor

Bendito seas, Señor, por todas las maravillas que has creado
que nos hablan de tu inmensa ternura,
de tu gran cariño hacia todos los hombres y mujeres de la tierra.

Bendito seas, Señor, por la gente buena que te hace presente,
por la risa de los niños y la gente feliz
y por el canto de los pájaros en cada mañana.

Bendito seas por los abogados honrados que tratan de no
dejarse comprar;
por los que saben perder sin remordimiento
y por los que cantan a la paz y la justicia.

Bendito seas por los que cuidan con amor al moribundo,
por los que están junto a los pobres y los defienden
y por los que saben darse enteramente.

Bendito seas por los que ríen y hacen reír;
por los que contagian simpatía y ganas de vivir
y por los que tratan de superar la amargura.

Bendito seas por las personas que piensan
y nos ayudan a pensar;
por los que no calculan en su entrega a los demás
y por los que comparten hasta lo que necesitan.

Bendito seas por los que creen en un mundo Nuevo y justo;
por los que sueñan y no se avergüenzan de ello
y por los que aman a los demás y lo manifiestan.

Bendito seas por los que creen que la violencia no es camino;
por los que aman la paz a fuerza de tratar de construirla
y por los que han sufrido y sufren tratando de no odiar.

Bendito seas por habernos dado señales de tu amor;
por acompañarnos siempre en todo
y porque podemos contar contigo en cualquier necesidad.




jueves, 19 de enero de 2012

Bendito sea Dios

¡Bendito sea Dios, Padre de Cristo Jesús nuestro Señor,
que nos ha bendecido, en Cristo, con toda clase de
bendiciones espirituales!
En Cristo Dios nos eligió antes de que creara el mundo,
para estar en su presencia santos e irreprochables ante él por el amor.


En su amor nos destinó de antemano
para ser hijas suyas en Jesucristo y por medio de él.
Así lo quiso y le pareció bien sacar alabanzas
de esta gracia tan grande que nos hacía en el Bien Amado.
En él y por su sangre fuimos rescatados,
y se nos dio el perdón de los pecados,
fruto de su generosidad inmensa
que se derramó sobre nosotros.


Ahora nos ha dado a conocer, mediante dones
de sabiduría e inteligencia,
este proyecto misterioso suyo, fruto de su absoluta
complacencia en Cristo.
Pues Dios quiso reunir en él, cuando llegara
la plenitud de los tiempos,
tanto a los seres celestiales como a los terrenales.

En Cristo fuimos elegidos nosotros:
Aquel que dispone de todas las cosas
y las somete a su voluntad,
decidió que fuéramos pueblo suyo,
y lleváramos la espera del Mesías,
con el fin de que sea alabada su Gloria.

miércoles, 18 de enero de 2012

Bendice, alma mía, al Señor

Bendice, alma mía, al Señor:
¡Dios mío, que grande eres!
Te vistes de belleza y majestad,
la luz te envuelve como un manto. Extiendes los cielos como una tienda, las nubes te sirven de carroza, avanzas en las alas de los vientos.
Asentaste la tierra sobre sus cimientos, y no vacilará jamás;
la cubriste con el manto del océano,
y las aguas se posaron sobre las montañas.

De los manantiales sacas los ríos, para que fluyan entre los montes;
en ellos beben las fieras de los campos, junto a ellos habitan las aves del cielo. Desde tu morada riegas los montes
y la tierra se sacia de tu acción fecunda; Haces brotar hierba para los ganados,
y forraje para los que sirven al hombre y a la mujer.
Ellos sacan pan de los campos, y vino que alegra el corazón,
y aceite que da brillo a su rostro y alimento que le da fuerzas.

Cuántas son tus obras, Señor,
y todas las hiciste con sabiduría. La tierra está llena de tus criaturas.
Todas ellas aguardan a que les eches comida a su tiempo:
se la hechas y la atrapan;
abres tú la mano y se sacian de bienes;
envías tu aliento y repueblas la faz de la tierra.
Cantaré a mi Dios mientras viva, tocaré para mi Dios mientras exista: que le sea agradable mi poema
y yo me alegraré con el Señor.



martes, 17 de enero de 2012

Auméntanos la fe



La fe es abandono total y confiado en manos de Dios sin ver claro. Auméntanos la fe.

La fe es el salto libre del trapecista en el vacío, seguro de encontrarse con las manos de Amigo. Auméntanos...

La fe es depositar la propia vida en manos del auténtico Señor: Dios.
Saber, aceptar y reconocer la propia finitud:
yo no soy el dueño del ser, del por qué soy.
Auméntanos...

La fe es poner a Dios como único absoluto de la propia vida.
Auméntanos...

La fe es sentirse hijo de un Dios Padre-Madre-Amor y hermano de una misma familia. Auméntanos...
La fe es la brújula que orienta la vida, que la pone de cara al "norte", de cara a Dios. Auméntanos...
La fe es abrirse a hacer la voluntad de Dios
(que busca siempre nuestro bien y felicidad)
por encima de hacer nuestra "santísima voluntad".
Auméntanos...
La fe es aceptar a Dios como respuesta, no siempre fácil ni evidente, a los interrogantes del ser humano.
Auméntanos...

La fe es descubrir semillas del Espíritu de Jesús
en todo cuanto nos rodea; es vivir "viendo" al "invisible".
Auméntanos...


La fe es oídos para escuchar a Dios: ojos para verle en la naturaleza, en el prójimo, en el propio corazón, en el pobre, en el pan partido y compartido. Auméntanos...

Fe es luz que ilumina el camino, aunque no evita ni las piedras ni las caídas. Auméntanos...


Fe es ver, juzgar, actuar y vivir desde el Evangelio.
Auméntanos...
La fe es soñar despierto, arriesgar la vida, vivir en un sano inconformismo; es saber amar y esperar que es posible lo imposible. Auméntanos...

La fe es capacidad para ver más allá de las apariencias;
es darse cuenta de las necesidades del otro y sentirlas como propias.
Auméntanos...

La fe es energía para seguir sirviendo, para vivir la vida y hasta la muerte como servicio gratuito y humilde que Dios hará fértil. Auméntanos...


Fe es creer en la fuerza del débil, en el poder transformador de la oración, en la "eficacia" de la acción que sólo Dios ve. Auméntanos...

Fe es creer que la vida vence a la muerte, que el amor tiene más poder que el odio, que la esperanza puede más
que la desesperanza.
Auméntanos...
Fe es esperar que tras cada noche amanece un nuevo día; que tras la misma muerte hay una Vida Nueva.
Auméntanos...


Fe es no resignarse ante el mal y la injusticia; fe es todo lo contrario a "estar quemado". Auméntanos...
Fe es seguir amando, aunque nadie aplauda ni dé las gracias, teniendo a Dios como única "paga";
fe es enterrar la propia vida en el surco y esperar resurrección.
Auméntanos...


Fe es invertir la propia vida en "bonos del Reino" con la esperanza de que Dios será la mejor recompensa.
Auméntanos


La fe es camino nunca acabado, búsqueda continua de Dios, hasta que un día nos encontremos.
Auméntanos...
La fe no es en algo, es en Alguien.
Auméntanos...



lunes, 16 de enero de 2012

Algo nuevo está surgiendo, ¿no lo notáis?


Cuando se da una esperanza total que prevalece sobre todas las demás esperanzas particulares,
que abarca con su suavidad y con su silenciosa promesa todos los crecimientos y todas las caídas...
Algo nuevo está surgiendo, ¿no lo notáis?


Cuando se acepta y se lleva libremente una responsabilidad donde no se tienen claras perspectivas de éxito y de utilidad; cuando una persona conoce
y acepta su libertad última, como una fuerza que ninguna otra fuerza le puede arrebatar..
Algo nuevo está surgiendo, ¿no lo notáis?


Cuando se acepta con serenidad la caída en las tinieblas como el comienzo de una promesa que no entendemos; cuando se da como buena la suma de todas
las cuentas de la vida que una misma no puede calcular pero que Otro ha dado por buenas,
aunque no se puedan probar...
Algo nuevo está surgiendo, ¿no lo notáis?

 
Cuando la experiencia fragmentada del amor, la belleza y la alegría se viven
como promesa del amor, la belleza y la alegría, de Dios mismo que se nos manifiesta en la vida;
cuando el vivir diario, tantas veces marcado por la rutina se vive con serenidad y perseverancia hasta el final, descubriendo una fuerza mayor
que nos impulsa y anima...
Algo nuevo está surgiendo, ¿no lo notáis?


Cuando se deja que la vida y la gente desenmascaren nuestros empeños por apresar y retener a Dios
en la Ley y la fuerza;
cuando "se descontrola" la engañosa necesidad de tenerlo todo bajo control, de sentirnos en orden y buscar con ansiedad la perfección...
Algo nuevo está surgiendo, ¿no lo notáis?


Cuando se corre el riesgo de orar en medio del silencio, y a veces de la oscuridad, sabiendo que siempre somos escuchadas, aunque no percibamos una respuesta
que se pueda razonar o disputar... Algo nuevo está surgiendo, ¿no lo notáis?


Cuando se siente la auténtica solidaridad que nos hermana y hace sentir el sufrimiento de quienes son excluidos,
la pobreza extrema que devora la humanidad, la fría injusticia, la violencia...
y nos lleva a mirar la vida desde esa realidad doliente y a comprometernos por construir
un mundo de justicia y paz...
Algo nuevo está surgiendo, ¿no lo notáis?


Cuando uno se entrega sin condiciones, gratuita y libremente desde lo más profundo de su ser... cuando el caer se convierte en un verdadero estar de pie... Algo nuevo está surgiendo, ¿no lo notáis?

domingo, 15 de enero de 2012

Alabanza por las diferencias

Tú eres un Dios creador, trabajador y alfarero incansable. Has decorado cada rincón de nuestra tierra-hogar con una palabra de belleza
que se renueva cada día.


En tus fantasías infinitas
ensayas los ritmos y colores, los perfumes y siluetas con que te acercas a nosotros
en el humilde sacramento de las bellezas pasajeras.


Nos engendraste, Señor, en el instante creador, y desde toda la eternidad,
nos llevaste dentro de ti hasta que maduró el tiempo de ser entregados a la vida.


Desde antes de la creación nos soñaste a imagen de Jesús, a cada uno con su nombre.
Tú nos creaste originales, y alimentas nuestra diferencia desde tu creatividad infinita.


Creados a tu semejanza, vamos completando tu imagen cuando compartimos tus dones y buscamos el caminar juntos.
Haznos capaces de acoger la diferencia como don y riqueza de tu presencia creadora.


Cuando excluimos a la otra persona, te declaramos sobrante,
te damos de baja en tu propio proyecto.
Dios sobrante de piel morena, inmigrante no cualificado,
joven confundido y niño retrasado.


Hoy aceptamos de nuevo el desafío de colaborar en tu obra creadora.



sábado, 14 de enero de 2012

“Hemos encontrado el VERDADero CAMINO hacia la VIDA“

Lectura del santo evangelio según san Juan (1,35-42):


En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice: «Éste es el Cordero de Dios.»

Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús.

Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: «¿Qué buscáis?»

Ellos le contestaron: «Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?»

Él les dijo: «Venid y lo veréis.»

Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice: «Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo).»

Y lo llevó a Jesús.

Jesús se le quedó mirando y le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce Pedro).»


Palabra del Señor


Evangelio Comentado por:

José Antonio Pagola
Juan (1,35-42)

APRENDER A VIVIR


El evangelista Juan narra los humildes comienzos del pequeño grupo de seguidores de Jesús. Su relato comienza de manera misteriosa. Se nos dice que Jesús «pasaba». No sabemos de dónde viene ni adónde se dirige. No se detiene junto al Bautista. Va más lejos que su mundo religioso del desierto. Por eso, indica a sus discípulos que se fijen en él: «Éste es el Cordero de Dios».


Jesús viene de Dios, no con poder y gloria, sino como un cordero indefenso e inerme. Nunca se impondrá por la fuerza, a nadie forzará a creer en él. Un día será sacrificado en una cruz. Los que quieran seguirle lo habrán de acoger libremente.


Los dos discípulos que han escuchado al Bautista comienzan a seguir a Jesús sin decir palabra. Hay algo en él que los atrae aunque todavía no saben quién es ni hacia dónde los lleva. Sin embargo, para seguir a Jesús no basta escuchar lo que otros dicen de él. Es necesaria una experiencia personal.


Por eso, Jesús se vuelve y les hace una pregunta muy importante: «¿Qué buscáis?». Estas son las primeras palabras de Jesús a quienes lo siguen. No se puede caminar tras sus pasos de cualquier manera. ¿Qué esperamos de él? ¿Por qué le seguimos? ¿Qué buscamos?


Aquellos hombres no saben adónde los puede llevar la aventura de seguir a Jesús, pero intuyen que puede enseñarles algo que aún no conocen: «Maestro, dónde vives?». No buscan en él grandes doctrinas. Quieren que les enseñe dónde vive, cómo vive, y para qué. Desean que les enseñe a vivir. Jesús les dice: «Venid y lo veréis».


En la Iglesia y fuera de ella, son bastantes los que viven hoy perdidos en el laberinto de la vida, sin caminos y sin orientación. Algunos comienzan a sentir con fuerza la necesidad de aprender a vivir de manera diferente, más humana, más sana y más digna. Encontrarse con Jesús puede ser para ellos la gran noticia.


Es difícil acercarse a ese Jesús narrado por los evangelistas sin sentirnos atraídos por su persona. Jesús abre un horizonte nuevo a nuestra vida. Enseña a vivir desde un Dios que quiere para nosotros lo mejor. Poco a poco nos va liberando de engaños, miedos y egoísmos que nos están bloqueando.


Quien se pone en camino tras él comienza a recuperar la alegría y la sensibilidad hacia los que sufren. Empieza a vivir con más verdad y generosidad, con más sentido y esperanza. Cuando uno se encuentra con Jesús tiene la sensación de que empieza por fin a vivir la vida desde su raíz, pues comienza a vivir desde un Dios Bueno, más humano, más amigo y salvador que todas nuestras teorías. Todo empieza a ser diferente.



Al Dios de la vida


Tú eres, Señor, un Dios de Vida, un Dios de misericordia y bondad. Reconocemos tu impulso creador en el origen de todo lo que existe y en el origen de nuestras vidas.

Y a lo largo de la historia y de nuestra historia, sigues impulsando todo aquello
que hace a las personas vivir de forma más humana, más fraterna y más gozosa.
Por eso te damos gracias y te bendecimos.


Tú nos has creado a tu imagen.
Nos sorprendemos al descubrirnos obra de tus manos, al descubrir en nosotras
las semillas de tu ser de Padre-Madre:
nos has hecho capaces de crear, transmitir y potenciar la vida;
de acompañar su crecimiento con paciencia y ternura, nos das un corazón misericordioso y compasivo
y nos llamas a vivir un amor gratuito y comprometido como el tuyo.


Has puesto en nosotras algo de Ti que, a través de nuestras vidas,
quieres hacer llegar a los demás:
en medio de nuestro mundo,
en la vida de nuestros hermanos y hermanas, Tú nos envías a hacer presente
tu amor entrañable, cercanos y liberador.

Nos llamas a ser hombres y mujeres libres, compasiv@s, solidari@s, testigos de esperanza;
personas de Dios, personas de Espíritu, que quieren seguir, muy de cerca, a Jesús.


Que viven la intimidad contigo, que se nutren de tu amor,
que transparentan la vivencia gozosa de tu presencia que nos anima.


Nos pides que nuestra vida entera hable de Ti, en cada edad, tarea o situación que vivamos;
que digamos a la gente, con nuestra vida y actitudes que Tú les amas.


Tú nos has hecho colaborador@s tuy@s
en esta tarea de hacer crecer la Vida, de construir tu Reino.


Que como María, la mujer que se dejó llenar por Ti para entregarte al mundo,
permanezcamos siempre abiert@s a tu amor
y sepamos hacer de nuestra vida don para los demás.

viernes, 13 de enero de 2012

A MÍ, PEQUEÑA FLAUTA


Y Dios me dice a mí, pequeña flauta déjame - di que sí-
entre mis dedos , hazte mi alegría.

Como la caña vacía se hace espacio donde se cuela mi soplo,
ofrece tu nada a mi alabanza.

Déjame sólo, en cada instante, entrar e invadir tus vacíos,
tus fallos, tus huecos,
para que de ahí brote mi música, nuestra música
de tu sí y de mi invasión.


Música con notas únicas; con silencios y sonidos inéditos. Música siempre nueva,
a través de ti pequeña flauta.
Sabes cuanto te quiero.
De tus vacíos, no tengas miedo.
Es justamente por ellos que quiere cantar tu Dios,
es a través de tus limitaciones que se expresa mi plenitud.


Di que sí, en cada instante, en cada ahora al paso de mi canto,
la eternidad en tu tiempo, el todo, en tu nada.
Esta nada que necesito.


Sí, entre mis manos, hazte mi bien para mi alegría, tu alegría,
la alegría de todos. Di que sí a este juego
juguemos los dos, juego de alianza

jueves, 12 de enero de 2012

¡SOMOS UN@!


Somos uno. ¿De veras somos uno?
No, no lo somos aún, mas lo seremos.
Vivimos la unidad, pero en semilla,
y se nota en la fuerza que sentimos
para dejar el narcisismo egoísta
y salir al encuentro de las otras
en busca de fraternidad y compañía.
Se nota en la experiencia que tenemos
de estar una en la otra, la empatía,
de entrañar al otro en mí.
Yo soy una con toda aquella que rezo,
con la que trabajo, con toda aquella que sufro, camino y sueño.
Cuando escucho de la otra su palabra
y cuando vive en mí su luz
y me apasiona,
su vida vive en mí, ya somos uno.
Soy una cuando doy la mano a la otra,
cuando cargo con ella, cuando por ella
doy la cara y me pongo en su lugar;
y cuando me hago comestible, pan,
me pongo a su servicio, lo que quiera,
la aliento y alimento con mi espíritu,
y cuando doy por ella la vida.

miércoles, 11 de enero de 2012

¡BUEN DÍA!

 
Buen día a la vida, a la luz y el viento.
Buen día a la creación entera, buen día a todo lo que vive,
aunque sea en el misterio de la aparente muerte.
¡Buen día, vida nuestra!


Buen día a cada una de nosotras, herman@s,
convocad@s por Dios para vivir un mismo proyecto liberador,
 regalo de Dios un@s para las otr@s; luz y apoyo en el camino
¡Buen día, herman@s!


Buen día a todo ser humano, hombres y mujeres en camino, con la libertad como destino
¡Buen día, humanidad!


Buen día, María; la mujer de Nazareth, palabra densa y silencio elocuente.
Mujer de Dios, mujer del pueblo, del dolor, del gozo, del amor...
¡Buen día, María, corredentora!


¡Buen día, es fiesta!
Buen día a cada un@ de nosotr@s, familia convocada al encuentro.
¡Bienvenid@s!

¡Que el amor de Dios nos acompañe!

domingo, 1 de enero de 2012