viernes, 26 de junio de 2009

miércoles, 24 de junio de 2009

Vendedor de Semillas

Un joven soñó que entraba en un supermercado recién inaugurado y, para su sorpresa, descubrió que Jesucristo se encontraba atrás del mostrador. -¿Qué vendes aquí?- le preguntó.
-Todo lo que tu corazón desee- respondió Jesucristo.
Sin atreverse a creer lo que estaba oyendo, el joven emocionado se decidió a pedir lo mejor que un ser humano podría desear: -Quiero tener amor, felicidad, sabiduría, paz de espíritu y ausencia de todo temor -dijo el joven- Deseo que en el mundo se acaben las guerras, el terrorismo, el narcotráfico, las injusticias sociales, la corrupción y las violaciones a los derechos humanos. Cuando el joven terminó de hablar, Jesucristo le responde: -Amigo, creo que no me has entendido.
Aquí no vendemos frutos; solamente vendemos semillas. “Convierte en frutos las semillas que hay en ti”.

Siete requisitos de la felicidad

La suficiente FE para reconocer la realidad de la presencia de Dios en mi corazón.

La suficiente ESPERANZA para apartar el miedo y la preocupación del futuro.

La suficiente PACIENCIA para trabajar hasta el final en cada cosa que haga.

El suficiente VALOR para reconocer mis faltas y saberlas corregir.

Las suficientes FUERZAS para afrontar las dificultades y superarlas.

Los suficiente RECURSOS para poder satisfacer mis necesidades.

La suficiente SALUD para que el trabajo me sea un placer.

Autor: Göethe

Come tú mismo la fruta

En cierta ocasión se quejaba un discípulo a su Maestro:
- Siempre nos cuentas historias, pero nunca nos revelas su significado
El Maestro le replicó:
- ¿Te gustaría que alguien que te ofreciera fruta, la masticara antes de dártela?"
Nadie puede descubrir el significado en tu lugar. Ni siquiera el Maestro.

martes, 23 de junio de 2009

No le reces a Dios...


No le reces a Dios mirando al cielo… ¡Mira hacia adentro!

No busques a Dios lejos de ti, sino en ti mismo…

No le pidas a Dios lo que te falta, búscalo tú mismo ¡Y Dios lo buscará contigo! porque ya te lo dio como promesa y como meta para que tú lo alcances…

No reproches a Dios por tu desgracia, súfrela con Él, y Él sufrirá contigo, y si hay dos para el dolor, se sufre menos…

No le exijas a Dios que te gobierne a golpe de milagros desde afuera, gobiérnate tú mismo con responsable libertad, amando, y Dios te estará guiando… desde adentro y sin que sepas cómo…

No le pidas a Dios que te responda cuando tú le hablas, ¡Respóndele tú! porque Él te habló primero… y si quieres seguir oyendo lo que falta escucha lo que ya te dijo…

No le pidas a Dios que te libere desconociendo la libertad que ya te dio… ¡Anímate a vivir tu libertad! y sabrás que sólo fue posible, porque tu Dios te quiere libre.

No le pidas a Dios que te ame mientras tengas miedo de amar y de saberte amado. Ámalo tú…y sabrás que si hay calororacion es porque hubo fuego… y que si tú puedes amar… es porque Él te amó primero…

lunes, 22 de junio de 2009

Grandeza de corazón

Tu capacidad de servir a los demás está en proporción directa a la grandeza de tu corazón y a la nobleza de tus sentimientos...
...de igual manera, a medida que te esfuerzas por compartir...
...dar, servir, y ser solidario, crece y se ennoblece tu ser interior, convirtiéndote en mejor persona...
...más feliz y con mayores posibilidades de vivir una vida de mejor calidad.
La felicidad no depende de lo que pasa a nuestro alrededor... sino de lo que pasa dentro de nosotros mismos.
La felicidad se mide por el espíritu con que nos enfrentamos a los problemnas de la vida.
La felicidad... es un asunto de valentía...
La felicidad...¡es un estado de ánimo!; somos felices si decidimos serlo.
La felicidad... no consiste en hacer siempre lo que queramos; pero sí en querer todo lo que hagamos.
La felicidad nace de poner nuestro corazón en el trabajo... y hacerlo con alegría y entusiasmo.
La felicidad, no tiene recetas... Cada quién la cocina con el sazón de su propia meditación.
La felicidad... no es una posada en el camino... sino una forma de caminar por la vida.
(Autor desconocido)

Mi Barquilla


miércoles, 17 de junio de 2009

lunes, 15 de junio de 2009

Humildad - M. María

El pingüino y el canguro


Había una vez un canguro que era un auténtico campeón de las carreras, pero al que el éxito había vuelto vanidoso, burlón y antipático. La principal víctima de sus burlas era un pequeño pingüino, al que su andar lento y torpón impedía siquiera acabar las carreras.
Un día el zorro, el encargado de organizarlas, publicó en todas partes que su favorito para la siguiente carrera era el pobre pingüino. Todos pensaban que era una broma, pero aún así el vanidoso canguró se enfadó muchísimo, y sus burlas contra el pingüino se intensificaron. Éste no quería participar, pero era costumbre que todos lo hicieran, así que el día de la carrera se unió al grupo que siguió al zorro hasta el lugar de inició. El zorro los guió montaña arriba durante un buen rato, siempre con las mofas sobre el pingüino, sobre que si bajaría rondando o resbalando sobre su barriga...
Pero cuando llegaron a la cima, todos callaron. La cima de la montaña era un cráter que había rellenado un gran lago. Entonces el zorro dio la señal de salida diciendo: "La carrera es cruzar hasta el otro lado". El pingüino, emocionado, corrió torpemente a la orilla, pero una vez en el agua, su velocidad era insuperable, y ganó con una gran diferencia, mientras el canguro apenas consiguió llegar a la otra orilla, lloroso, humillado y medio ahogado. Y aunque parecía que el pingüino le esperaba para devolverle las burlas, éste había aprendido de su sufrimiento, y en lugar de devolvérselas, se ofreció a enseñarle a nadar.
Aquel día todos se divirtieron de lo lindo jugando en el lago. Pero el que más lo hizo fue el zorro, que con su ingenio había conseguido bajarle los humos al vanidoso canguro.

domingo, 14 de junio de 2009

sábado, 13 de junio de 2009

El amor y el tiempo


Había una vez una isla muy linda y de naturaleza indescriptible, en la que vivían todos los sentimientos y valores del hombre; El Buen Humor, la Tristeza, la Sabiduría… como también, todos los demás, incluso el AMOR.
Un día se anunció a los sentimientos que la isla estaba por hundirse.
Entonces todos prepararon sus barcos y partieron. Únicamente el AMOR quedó esperando solo, pacientemente, hasta el último momento.
Cuando la isla estuvo a punto de hundirse, el AMOR decidió pedir ayuda.
La riqueza pasó cerca del AMOR en una barca lujosísima y el AMOR le dijo: “Riqueza… ¿me puedes llevar contigo?” – No puedo porque tengo mucho oro y plata dentro de mi barca y no hay lugar para ti, lo siento, AMOR…
Entonces el Amor decidió pedirle al Orgullo que estaba pasando en una magnifica barca. “Orgullo te ruego… ¿puedes llevarme contigo?
No puedo llevarte AMOR… respondió el Orgullo: – Aquí todo es perfecto, podrías arruinar mi barca y ¿Cómo quedaría mi reputación?
Entonces el AMOR dijo a la Tristeza que se estaba acercando: “Tristeza te lo pido, déjame ir contigo”. – No AMOR… respondió la Tristeza. – Estoy tan triste que necesito estar sola.
Luego el Buen Humor pasó frente al AMOR, pero estaba tan contento que no sintió que lo estaban llamando.
De repente una voz dijo: “Ven AMOR te llevo conmigo”. El AMOR miró a ver quien le hablaba y vio a un viejo.
El AMOR se sintió tan contento y lleno de gozo que se olvidó de preguntar el nombre del viejo.
Cuando llegó a tierra firme, el viejo se fue. El AMOR se dio cuenta de cuanto le debía y le pregunto al Saber: “Saber, ¿puedes decirme quien era este que me ayudo?”.
-”Ha sido el Tiempo”, respondió el Saber, con voz serena.
-¿El Tiempo?… se preguntó el AMOR, ¿Por qué será que el tiempo me ha ayudado?
Porque solo el Tiempo es capaz de comprender cuan importante es el AMOR en la vida.

Gratitud - M. Amalia

viernes, 12 de junio de 2009

Gratitud - M. María


Encuentras Lo Que Está En Ti

Una historieta popular del Cercano Oriente cuenta que un joven llegó al borde de un oasis contiguo a un pueblo y acercándose a un anciano le preguntó:
¿Qué clase de personas vive en este lugar?
—¿Qué clase de personas vive en el lugar de donde tú vienes?, preguntó a su vez el anciano.
—Oh, un grupo de egoístas y malvados, replicó el joven, estoy encantado de haberme ido de allí. A lo cual el anciano contestó:
—Lo mismo vas a encontrar aquí.

Ese mismo día otro joven se acercó a beber agua al oasis y viendo al anciano, preguntó:
—¿Qué clase de personas vive en este lugar? El viejo respondió con la misma pregunta:
—¿Qué clase de personas vive en el lugar de donde tú vienes?
—Un magnífico grupo de personas, honestas, amigables, hospitalarias, me duele mucho haberlos dejado.
—Lo mismo encontrarás aquí, respondió el anciano.

Un hombre que había oído ambas conversaciones preguntó al viejo:
—¿Cómo es posible dar dos respuestas diferentes a la misma pregunta? A lo cual el viejo respondió:
—Cada cual lleva en su corazón el medio ambiente donde vive. Aquel que no encontró nada nuevo en los lugares donde estuvo no podrá encontrar otra cosa aquí. Aquel que encontró amigos allá, podrá encontrar también amigos aquí, porque, a decir verdad, tu actitud mental es lo único en tu vida sobre lo cual puedes mantener control absoluto.

Siempre que tengas una actitud positiva hallarás la verdadera riqueza de la vida. Si miras dentro de ti sabrás que posees una gran fortaleza para entregar y para descubrir todas las cosas buenas en los demás. ¡Qué siempre encuentres un oasis de paz!


(Autor Desconocido)

miércoles, 10 de junio de 2009

Cielo o Infierno

Según cuenta un antiguo relato japonés, un belicoso Samurai desafió en una ocasión a un maestro en artes marciales a que le explicara el concepto de cielo e infierno. Pero el monje respondió con desdén:
"No eres más que un patán. ¡No puedo perder el tiempo con individuos como tú!".
Herido en lo más profundo de su ser, el Samurai se dejó llevar por la ira, desenvainó su espada y gritó:
"Podría matarte por tu impertinencia".
Eso, repuso el monje con calma, "es el infierno".
Desconcertado al percibir la verdad en lo que el maestro le señalaba con respecto a la furia que lo dominaba, el Samurai se serenó, envainó la espada y se inclinó, agradeciendo al monje la lección.
Y eso, añadió el monje, "es el cielo".

"La paz interior se halla cuando el que la busca deja de hacerlo, no por haberla encontrado, sino por descubrir que siempre estuvo con él y no fuera de él".

Ser como niños


jueves, 4 de junio de 2009

lunes, 1 de junio de 2009

Ser fuerte…


Ser fuerte es amar a alguien en silencio.
Ser fuerte es irradiar felicidad cuando se es infeliz.
Ser fuerte es intentar perdonar a alguien que no merece perdón.
Ser fuerte es esperar cuando no se crea en el regreso.
Ser fuerte es manterse en calma en los momentos de desesperación.
Ser fuerte es demonstrar alegría cuando no se siente.
Ser fuerte es sonreir cuando se desea llorar.
Ser fuerte es hacer a alguien feliz cuando se tiene el corazón en pedazos.
Ser fuerte es callar cuando lo ideal sería gritar a todos tu angustia.
Ser fuerte es consolar cuando se necesita de consuelo.
Ser fuerte es tener fe aunque no se crea.
Por eso, mismo durante la dura realidad y por más difícil que la vida pueda parecer:
¡Ama y sé Fuerte!

Vida de Fe