jueves, 30 de junio de 2011

Zanahorias huevos y café

Había una vez una hija que a menudo se quejaba a su padre acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía como hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.

Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café.

Las dejó hervir sin decir palabra.

La hija esperó impacientemente, preguntándose que estaría haciendo su padre. A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó la zanahorias y las puso en un tazón. Sacó los huevos y los puso en otro tazón. Sacó el café y lo puso en un tercer tazón.

Mirando a su hija le dijo: "Querida ¿qué ves?”

"Zanahorias huevos y café"- fue su respuesta.

Entonces la hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas.



Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera... Luego de sacarle la cáscara observó que estaba duro.



Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma.



Humildemente la hija preguntó: "¿Qué significa esto, padre?"



Él le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente.



La zanahoria llegó al agua, fuerte, dura... pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer.



El huevo había llegado al agua frágil. Su cáscara fina protegía su interior líquido. Pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido...



Los granos de café sin embargo eran únicos. Después de estar en agua hirviendo, habían cambiado el agua.



"¿Cuál eres tú?", le preguntó a su hija.

Cuando la adversidad llama a tu puerta ¿cómo respondes? ¿Eres una zanahoria, un huevo o un grano de café?".

martes, 28 de junio de 2011

Como el lápiz

Un pequeño niño miraba a su abuelo escribir una carta. En un momento dado le preguntó:

- ¿Abuelo, estás escribiendo una historia que nos pasa a los dos?

¿Es, por casualidad, una historia sobre mí­?

 
El abuelo dejó de escribir, sonrió y le dijo al nieto:

- Estoy escribiendo sobre ti, es cierto. Sin embargo, más importante que las palabras, es el lápiz que estoy usando. Me gustaría que tú fueses como él cuando crezcas.

 
El nieto miró el lápiz intrigado, y no vio nada de especial en él, y preguntó:

- ¿Qué tiene de particular ese lápiz?

El abuelo le respondió:

- Todo depende del modo en que mires las cosas. Hay en él cinco cualidades que, si consigues mantenerlas, harán siempre de ti una persona en paz con el mundo:

 
Primera cualidad: Puedes hacer grandes cosas, pero no olvides nunca que existe una mano que guía tus pasos.Esta mano la llamamos Dios, y siempre te conducirá en dirección a su voluntad.

 
Segunda cualidad: De vez en cuando necesitas dejar lo que estás escribiendo y usar el sacapuntas. Eso hace que el lápiz sufra un poco, pero al final, estará más afilado. Por lo tanto, debes ser capaz de soportar algunos dolores, porque te harán mejor persona.

 
Tercera cualidad: El lápiz siempre permite que usemos una goma para borrar aquello que está mal. Entiende que corregir algo que hemos hecho no es necesariamente algo malo, sino algo importante para mantenernos en el camino de la justicia.

 
Cuarta cualidad: Lo que realmente importa en el lápiz no es la madera ni su forma exterior, sino el grafito que hay dentro. Por lo tanto, cuida siempre de lo que sucede en tu interior.

 
Quinta cualidad: El lápiz siempre deja una marca. De la misma manera, has de saber que todo lo que hagas en la vida, dejará trazos. Por eso intenta ser consciente de cada acción.

domingo, 26 de junio de 2011

El batallón se había replegado del campo de batalla a un refugio. La contienda era cruelmente combativa. El soldado, muy triste, pidió permiso a su oficial para rescatar al amigo del alma que no había regresado:

- "Mi amigo no ha regresado del campo de batalla, señor. Solicito permiso para ir a buscarlo".

- “Permiso denegado, soldado. No quiero que arriesgue usted su vida por un hombre que probablemente ha muerto”

El muchacho no encontraba consuelo y sentía una necesidad poderosa de buscar a su compañero.

Siguiendo un impulso superior se escapó sin autorización. Al poco tiempo regresó mortalmente herido, arrastrando con gran esfuerzo el cuerpo de su querido amigo. El oficial lo recibió furioso:

- “¡Ya le dije yo que había muerto!¡Ahora he perdido a dos hombres! Dígame, ¿merecía la pena salir allá para traer un cadáver?”

- "¡Claro que merecía la pena, señor!. Cuando llegué, él todavía estaba con vida, maltrecho. Cuando me vio, su rostro se iluminó, y alcanzó a decirme en voz baja:

- "¡Mario... estaba seguro que me vendrías a buscar!"... y murió

sábado, 25 de junio de 2011

Lectura del santo evangelio según san Juan (6,51-58):

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.»

Disputaban los judíos entre sí: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?»

Entonces Jesús les dijo: «Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre.»


Palabra del Señor


 
 

Evangelio Comentado por:

José Antonio Pagola
San Juan (6,51-58)

REAVIVAR LA MEMORIA DE JESÚS

La crisis de la misa es, probablemente, el símbolo más expresivo de la crisis que se está viviendo en el cristianismo actual. Cada vez aparece con más evidencia que el cumplimiento fiel del ritual de la eucaristía, tal como ha quedado configurado a lo largo de los siglos, es insuficiente para alimentar el contacto vital con Cristo que necesita hoy la Iglesia.

El alejamiento silencioso de tantos cristianos que abandonan la misa dominical, la ausencia generalizada de los jóvenes, incapaces de entender y gustar la celebración, las quejas y demandas de quienes siguen asistiendo con fidelidad ejemplar, nos están gritando a todos que la Iglesia necesita en el centro mismo de sus comunidades una experiencia sacramental mucho más viva y sentida.

Sin embargo, nadie parece sentirse responsable de lo que está ocurriendo. Somos víctimas de la inercia, la cobardía o la pereza. Un día, quizás no tan lejano, una Iglesia más frágil y pobre, pero con más capacidad de renovación, emprenderá la transformación del ritual de la eucaristía, y la jerarquía asumirá su responsabilidad apostólica para tomar decisiones que hoy no nos atrevemos ni a plantear.

Mientras tanto no podemos permanecer pasivos. Para que un día se produzca una renovación litúrgica de la Cena del Señor es necesario crear un nuevo clima en las comunidades cristianas. Hemos de sentir de manera mucho más viva la necesidad de recordar a Jesús y hacer de su memoria el principio de una transformación profunda de nuestra experiencia religiosa.

La última Cena es el gesto privilegiado en el que Jesús, ante la proximidad de su muerte, recapitula lo que ha sido su vida y lo que va a ser su crucifixión. En esa Cena se concentra y revela de manera excepcional el contenido salvador de toda su existencia: su amor al Padre y su compasión hacia los humanos, llevado hasta el extremo.

Por eso es tan importante una celebración viva de la eucaristía. En ella actualizamos la presencia de Jesús en medio de nosotros. Reproducir lo que él vivió al término de su vida, plena e intensamente fiel al proyecto de su Padre, es la experiencia privilegiada que necesitamos para alimentar nuestro seguimiento a Jesús y nuestro trabajo para abrir caminos al Reino.

Hemos de escuchar con mas hondura el mandato de Jesús: “Haced esto en memoria mía”. En medio de dificultades, obstáculos y resistencias, hemos de luchar contra el olvido. Necesitamos hacer memoria de Jesús con más verdad y autenticidad.

Necesitamos reavivar y renovar la celebración de la eucaristía.



viernes, 24 de junio de 2011

Una tarde, un pequeño se acercó a su madre y le entregó una hoja de papel en la que había escrito algo. Después de secarse las manos y quitarse el delantal, ella leyó lo que decía la nota:

•Por cortar el césped : $5.00

•Por limpiar mi cuarto: $1.00

•Por ir a la bodega en tu lugar: $0.50

•Por cuidar a mi hermano: $0.20

•Por sacar la basura toda la semana: $1.00

•Por sacar buenas calificaciones: $5.00
- Total de adeudos: $12.50

La madre lo miró con fijeza y él aguardaba lleno de expectativas. Entonces ella tomó el lapicero y en el reverso de la misma hoja escribió:
•Por llevarte nueve meses en mi barriga: NADA

•Por tantas noches de desvelos, cuidarte y orar por ti: NADA

•Por el temor y preocupaciones cuando enfermabas: NADA

•Por comida, ropa y educación: NADA

•Por la alegría y el amor de nuestra familia: NADA

•Por tomar tu mano y darte apoyo: NADA

- Costo de mi amor: NADA

Cuando el niño terminó de leer lo que había escrito su madre, tenía los ojitos llenos de lágrimas. La miró tiernamente a los ojos y le dijo: “Te quiero mucho, mamá”.
Luego tomó el lapicero y escribió con letras grandes: "TOTALMENTE PAGADO".

martes, 21 de junio de 2011

Con todas tus fuerzas

Un padre estaba observando a su hijo pequeño que trataba de mover una maceta con flores muy pesada.

El pequeño se esforzaba, sudaba, pero no conseguía desplazar la maceta ni un milímetro.

- “¿Has empleado todas tus fuerzas”, le preguntó el padre.

- “Sí”, respondió el niño.

- “No”, replicó el padre. “Aún no me has pedido que te ayude”.





sábado, 18 de junio de 2011

“Sea Dios Trinidad quien mueva nuestra vida y nuestro ser iglesia“

Lectura del santo evangelio según san Juan (3,16-18):

 
Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.

 
Palabra del Señor

 
 
Evangelio Comentado por:

José Antonio Pagola
San Juan (3,16-18)


EL CRISTIANO ANTE DIOS



No siempre se nos hace fácil a los cristianos relacionarnos de manera concreta y viva con el misterio de Dios confesado como Trinidad. Sin embargo, la crisis religiosa nos está invitando a cuidar más que nunca una relación personal, sana y gratificante con él. Jesús, el Misterio de Dios hecho carne en el Profeta de Galilea, es el mejor punto de partida para reavivar una fe sencilla.

¿Cómo vivir ante el Padre? Jesús nos enseña dos actitudes básicas. En primer lugar, una confianza total. El Padre es bueno. Nos quiere sin fin. Nada le importa más que nuestro bien. Podemos confiar en él sin miedos, recelos, cálculos o estrategias. Vivir es confiar en el Amor como misterio último de todo.

 
En segundo lugar, una docilidad incondicional. Es bueno vivir atentos a la voluntad de ese Padre, pues sólo quiere una vida más digna para todos. No hay una manera de vivir más sana y acertada. Esta es la motivación secreta de quien vive ante el misterio de la realidad desde la fe en un Dios Padre.

¿Qué es vivir con el Hijo de Dios encarnado? En primer lugar, seguir a Jesús: conocerlo, creerle, sintonizar con él, aprender a vivir siguiendo sus pasos. Mirar la vida como la miraba él; tratar a las personas como él las trataba; sembrar signos de bondad y de libertad creadora como hacía él. Vivir haciendo la vida más humana. Así vive Dios cuando se encarna. Para un cristiano no hay otro modo de vivir más apasionante.

 
En segundo lugar, colaborar en el Proyecto de Dios que Jesús pone en marcha siguiendo la voluntad del Padre. No podemos permanecer pasivos. A los que lloran Dios los quiere ver riendo, a los que tienen hambre los quiere ver comiendo. Hemos de cambiar las cosas para que la vida sea vida para todos. Este Proyecto que Jesús llama “reino de Dios” es el marco, la orientación y el horizonte que se nos propone desde el misterio último de Dios para hacer la vida más humana.

 
¿Qué es vivir animados por el Espíritu Santo? En primer lugar, vivir animados por el amor. Así se desprende de toda la trayectoria de Jesús. Lo esencial es vivirlo todo con amor y desde el amor. Nada hay más importante. El amor es la fuerza que pone sentido, verdad y esperanza en nuestra existencia. Es el amor el que nos salva de tantas torpezas, errores y miserias.

 
Por último, quien vive “ungido por el Espíritu de Dios” se siente enviado de manera especial a anunciar a los pobres la Buena Noticia. Su vida tiene fuerza liberadora para los cautivos; pone luz en quienes viven ciegos; es un regalo para quienes se sienten desgraciados.

viernes, 17 de junio de 2011

Día de Limpieza


Estaba necesitando hacer una limpieza en mí:
tirar algunos pensamientos indeseados,
lavar algunos tesoros que estaban medio oxidados.
Entonces saqué del fondo de las gavetas recuerdos que no uso y no quiero más. 

Tiré afuera algunos sueños, algunas ilusiones.
Papeles de presente que nunca usé, sonrisas que nunca dí.
Tiré fuera la rabia y el rencor de las flores marchitas que estaban
dentro de un libro que nunca leí.

Miré para mis sonrisas futuras y mis alegrías pretendidas y las
coloqué en una caja, bien ordenaditas.


Saqué todo de adentro del armario y lo fui tirando al suelo:
pasiones escondidas, deseos reprimidos, palabras horribles que nunca
hubiera querido decir, heridas de un amigo, recuerdos de un día triste.

Pero también encontré otras cosas… ¡y muy bellas!: un pajarito
cantando en mi ventana, aquella luna color de plata, el poner del
sol. Me fui encantando y distrayendo, mirando cada uno de aquellos
recuerdos. Me senté en el suelo para poder escoger.

Arrojé directo en el saco de la basura los restos de un amor que me hirió.
Tomé las palabras de rabia y dolor que estaban en el estante de
encima, pues casi no las uso, y las tiré fuera en el mismo instante.

Otras cosas que aún me hieren, las coloqué aparte para después ver
lo que haré con ellas, si las olvido o las envío al basurero.


Era en aquella caja, en aquella gaveta en que uno guarda todo lo que
es más importante: el amor, la alegría, las sonrisas, un dedito de
fe para los momentos que más la necesitamos.


Recogí con cariño el amor encontrado, doblé ordenadito los deseos,
coloqué perfume en la esperanza, pasé un pañito en el estante de mis
metas y las dejé a la vista para no olvidarlas.


Coloqué en los estantes de abajo algunos recuerdos de la infancia,
en la gaveta de encima los de mi juventud y colgado bien a mi
frente, coloque mi capacidad de amar. Y principalmente, ¡la de
recomenzar!.



miércoles, 15 de junio de 2011

La Felicidad

No serás feliz si eres estudiante y no estudias; si eres trabajador y no trabajas; si eres profesional y no cumples con tu profesión; en ninguno de estos casos serás feliz.

No serás buena persona si eres superior y no sabes obedecer a tus respectivos superiores, ni mandar a tus subordinados; si eres esposo y no respetas y tratas con cariño a tu esposa; si eres hijo y no atiendes minuciosamente a tus padres, quizá ya ancianos; si eres cristiano y no eres testimonio de Cristo; en ninguna de esas circunstancias puedes tenerte corno buena persona.

Para ser feliz hay que ser bueno, pues la felicidad es una consecuencia de la buena conciencia; y es la buena conciencia la única que nos puede certificar de nuestra bondad.

Bondad y felicidad: dos realidades que entre sí se relacionan, que se entremezclan, que ínter dependen; buscar o pretender una sin la otra es desviar el camino, es equivocar la ruta, es condenarse a no poseer ni la una ni la otra.
Fuente: Los 5 minutos de Dios. Alfonso Milagros.



domingo, 12 de junio de 2011

Como el Padre me ha enviado, así también os envió yo. Recibid al Espíritu Santo

Salmo en pentecostés


¡Qué maravilla, Señor,
la fuerza de tu Espíritu!
Nos convocó,
nos hizo un solo corazón
y nos envió al mundo
para ser tus testigos.


Gracias, Señor,
por tu Espíritu Santo que nos hace
un solo corazón
y nos hace hablar
en el lenguaje del amor.

Gracias, Señor,
por el don de tu Espíritu,
que nos ilumina
y nos conforta
en medio de la tribulación.

Gracias, Señor,
por el Espíritu Santo,
don, en tus dones espléndido,
que nos hace descubrir
verdaderamente el amor
para entregarse y darse,
para vivir en ti
dándose a todos. Amén.

sábado, 11 de junio de 2011

Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.

                                 Lectura del santo evangelio según san Juan


Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
-«Paz a vosotros.»
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
-«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo. »
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:
-«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»

Palabra de Dios.

 


Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
San Juan (20, 19-23)


 
INVOCACIÓN

Según San Juan, el Espíritu hace presente a Jesús en la comunidad cristiana, recordándonos su mensaje, haciéndonos caminar en su verdad, interiorizando en nosotros su mandato del amor. A ese Espíritu invocamos en esta fiesta de Pentecostés.

Ven Espíritu Santo y enséñanos a invocar a Dios con ese nombre entrañable de "Padre" que nos enseñó Jesús. Si no sentimos su presencia buena en medio de nosotros, viviremos como huérfanos. Recuérdanos que sólo Jesús es el camino que nos lleva hasta él. Que sólo su vida entregada a los últimos nos muestra su verdadero rostro. Sin Jesús nunca entenderemos su sed de paz, de justicia y dignidad para todos sus hijos e hijas.

Ven Espíritu Santo y haznos caminar en la verdad de Jesús. Sin tu luz y tu aliento, olvidaremos una y otra vez su Proyecto del reino de Dios. Viviremos sin pasión y sin esperanza. No sabremos por qué le seguimos ni para qué. No sabremos por qué vivir y por qué sufrir. Y el Reino seguirá esperando colaboradores.

Ven Espíritu Santo y enséñanos a anunciar la Buena Noticia de Jesús. Que no echemos cargas pesadas sobre nadie. Que no dictaminemos sobre problemas que no nos duelen ni condenemos a quienes necesitan sobre todo acogida y comprensión. Que nunca quebremos la caña cascada ni apaguemos la mecha vacilante.

Ven Espíritu Santo e infunde en nosotros la experiencia religiosa de Jesús. Que no nos perdamos en trivialidades mientras descuidamos la justicia, la misericordia y la fe. Que nada ni nadie nos distraiga de seguirlo como único Señor. Que ninguna doctrina, práctica o devoción nos aleje de su Evangelio.

Ven Espíritu Santo y aumenta nuestra fe para experimentar la fuerza de Jesús en el centro mismo de nuestra debilidad. Enséñanos a alimentar nuestra vida, no de tradiciones humanas ni palabras vacías, sino del conocimiento interno de su Persona. Que nos dejemos guiar siempre por su Espíritu audaz y creador, no por nuestro instinto de seguridad.

Ven Espíritu Santo, transforma nuestros corazones y conviértenos a Jesús. Si cada uno de nosotros no cambia, nada cambiará en su Iglesia. Si todos seguimos cautivos de la inercia, nada nuevo y bueno nacerá entre sus seguidores. Si no nos dejamos arrastrar por su creatividad, su movimiento quedará bloqueado.

Ven Espíritu Santo y defiéndenos del riesgo de olvidar a Jesús. Atrapados por nuestros miedos e incertidumbres, no somos capaces de escuchar su voz ni sentir su aliento. Despierta nuestra adhesión pues, si perdemos el contacto con él, seguirá creciendo en nosotros el nerviosismo y la inseguridad.

Los siete dones del Espíritu Santo

Con fondo musical de Taizé, muy adecuado para una vigilia.



Este es el discípulo que da testimonio de todo esto y lo ha escrito: y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero

Salmo de seguimiento



Queremos seguirte, Señor,
en nuestra vía
por la senda estrecha,
camino seguro
hacia ti.


Te queremos seguir
porque eres lo mejor,
lo más hermoso,
lo más desbordante.


Tú has puesto tus ojos
en nuestra pequeñez,
te has fijado en nosotros
para hacernos entrega
y atrevernos a dar la vida
siempre desde el amor.

Te seguimos, Señor,
en medio de las dificultades
con las cruces de cada día
y el gozo inmenso de tu cariño.





Te seguimos, Señor,

aun sabiendo de verdad de nuestras limitaciones, pero estamos seguros

de tu inmenso amor. Amén.

viernes, 10 de junio de 2011

Ven Espiritu Santo

Pedro le contestó: “Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero”.

Salmo para el amor


Tú lo sabes todo.
Tú sabes, Señor,
de nuestros cansancios,
de nuestros progresos,
de nuestra tristeza.

Tú sabes, Señor,
que a veces
el agua nos amarga
y traicionamos tu nombre.

Tú sabes, Señor,
lo difícil que resulta
seguirte en el camino,
sembrando flores
de esperanza en la vida.


Pero sabes, Señor,
que te he querido siempre
con mis manos vacías
y mis pies doloridos.


Sabes, Señor,
que he creído en tu amor
desde que era niño,
pues he sabido siempre
que tu amor es auténtico,
desde que junto al mar
me dijiste que me amabas. Amén.

jueves, 9 de junio de 2011

No sólo ruego por ellos, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos

Salmo al orar

Estoy contigo, Señor,
con el corazón abatido
y los pies que desfallecen
para decirte: te amo.
No sé casi nada de ti,
soy muy pobre
y tengo demasiada
seguridad en mí.


Pero estoy seguro
de tu amor de verdad,
de que eres fantástico,
pues tu vida entregada
me llena de alegría.


Ahora, en este rato de oración,
déjame decirte
que te amo de verdad.
Déjame mirarte
y abrir mis ojos
de par en par
para asombrarme
de tu amor a mí,
¿Por qué me amas tanto?
Yo siento dentro de mí al orar
tu presencia sencilla. Amén.

miércoles, 8 de junio de 2011

Padre santo, guárdalos en tu nombre a los que me has dado.

Salmo de la unidad




Te pedimos, Señor,
que nos hagas uno
para ser ante el mundo
testigos de tu verdad.
No queremos, Señor,
romper más la unidad
sino construirla
entre todos los hombres
que confesamos a Jesús
como Señor de nuestras vidas.

Sabemos, Jesús, de tu grito
en la noche;
en la víspera de tu pasión
pediste que todos
fuésemos uno,
para que el mundo crea.


Nosotros, Señor,
hemos roto tantas veces
la unidad por nuestros fanatismos,
por nuestra falta de sensibilidad
a todos los problemas
que nos aquejan hoy.
Señor de la unidad
haznos uno en el amor. Amén.

martes, 7 de junio de 2011

Padre, ha llegado la hora, glorifica a tu Hijo, para que tu

Salmo del evangelio



Señor, este día
quiero tomarme en serio
el evangelio.
Sé que no es fácil, sé que caeré
una y mil veces,
pero quiero con tu ayuda
ser evangelio vivo.

Los hombres, Señor,
nos afanamos
por tantas cosas...
y sin embargo
plantar el evangelio
es la mayor urgencia,
darte a conocer
la mayor necesidad.
Vivir la conversión
lo que el mundo necesita.

Señor, haznos arriesgados
para llevar el evangelio
a todos los rincones
de nuestro planeta,
pues es verdaderamente
lo que, aun sin saberlo,
los hombres buscan en la noche. Amén.

lunes, 6 de junio de 2011

En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: Yo he vencido al mundo.

Salmo de la confianza


Muchas veces, Señor,
en las horas difíciles
desconfió en ti,
porque me falta el aliento.


Cuando todo marcha,
cuando todo va bien
es fácil proclamar palabras
y decir que confío,
que tú eres mi confianza.
Pero ahora, de verdad,
quiero confiar en ti,
aunque apriete el dolor.


Quiero, Señor, confiar
cuando surge la duda
y camino contra corriente.
Señor, ayúdame
a poner
toda mi confianza en ti,
en ti que eres bueno
y que no permites
que la prueba
supere mi capacidad.
Señor confío en ti,
aunque a veces
no puedo más. Amén.

domingo, 5 de junio de 2011

Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra.

Salmo a la Ascensión



Te vemos, Señor,
subir en una nube
y ascender al cielo
a la diestra del Padre.


A veces te creemos
un poco lejos
de nuestro planeta,
y, sin embargo,
sabemos, Señor,
que tú eres cercanía total.

Te vas, pero te quedas
para estar con nosotros
todos los días
hasta el fin del mundo.
Te vas y te acercas
para decirnos a todos
que tu delicia
es vivir entre nosotros.
Te vas y siembras de alegría
 nuestra tristeza,
pues tú no olvidas a nadie
sino que te acercas más
a todos nosotros.


Tú, Señor,
ascendido a los cielos, te vas,
para estar más cerca. Amén.

sábado, 4 de junio de 2011

“Enviados a compartir el regalo del Evangelio con toda la Tierra”

Conclusión del santo evangelio según san Mateo (28,16-20):

En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo, ellos se postraron, pero algunos vacilaban.

Acercándose a ellos, Jesús les dijo: «Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.»

Palabra del Señor

 
 
Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
San Mateo (28,16-20)


ESCUELA DE JESÚS



La situación que se vive hoy en nuestras comunidades cristianas no es nada fácil. En nuestro corazón de seguidores de Jesús surgen no pocas preguntas: ¿dónde reafirmar nuestra fe en estos tiempos de crisis religiosa? ¿qué es lo importante en estos momentos? ¿qué hemos de hacer en las comunidades de Jesús? ¿hacia dónde hemos de orientar nuestros esfuerzos?


Mateo concluye su relato evangélico con una escena de importancia excepcional. Jesús convoca por última vez a sus discípulos para confiarles su misión. Son las últimas palabras que escucharán de Jesús: las que han de orientar su tarea y sostener su fe a lo largo de los siglos.


Siguiendo las indicaciones de las mujeres, los discípulos se reúnen en Galilea. Allí había comenzado su amistad con Jesús. Allí se habían comprometido a seguirlo colaborando en su proyecto del reino de Dios. Ahora vienen sin saber con qué se pueden encontrar. ¿Volverán a verse con Jesús después de su ejecución?


El encuentro con el Resucitado no es fácil. Al verlo llegar, los discípulos «se postran» ante él; reconocen en Jesús algo nuevo; quieren creer, pero «algunos vacilan». El grupo se mueve entre la confianza y la tristeza. Lo adoran pero no están libres de dudas e inseguridad. Los cristianos de hoy los entendemos. A nosotros nos sucede lo mismo.


Lo admirable es que Jesús no les reprocha nada. Los conoce desde que los llamó a seguirlo. Su fe sigue siendo pequeña, pero a pesar de sus dudas y vacilaciones, confía en ellos. Desde esa fe pequeña y frágil anunciarán su mensaje en el mundo entero. Así sabrán acoger y comprender a quienes a lo largo de los siglos vivirán una fe vacilante. Jesús los sostendrá a todos.


La tarea fundamental que les confía es clara: «hacer discípulos» suyos en todos los pueblos. No les manda propiamente a exponer doctrina, sino a trabajar para que el mundo haya hombres y mujeres que vivan como discípulos y discípulas de Jesús. Seguidores que aprendan a vivir como él. Que lo acojan como Maestro y no dejen nunca de aprender a ser libres, justos, solidarios, constructores de un mundo más humano.

Mateo entiende la comunidad cristiana como una “escuela de Jesús”. Seremos muchos o pocos. Entre nosotros habrá creyentes convencidos y creyentes vacilantes. Cada vez será más difícil atender a todo como quisiéramos. Lo importante será que entre nosotros se pueda aprender a vivir con el estilo de Jesús. El es nuestro único Maestro. Los demás somos todos hermanos que nos ayudamos y animamos mutuamente a ser sus discípulos.

Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre: pedid y recibiréis, para que vuestra alegría sea completa

Salmo para pedir


Tú nos has dicho
que debemos pedir,
Señor, que es necesario orar
sin desfallecer.
Los hombres, Señor,
somos tan ridículos,
y creemos que pedir
es algo pasado de moda,
para los que empiezan.

Sin embargo, nosotros
venimos a pedirte, Señor,
por la humanidad,
por todos los hombres,
 para que sean amigos
de tu corazón.
Venimos a interceder,
 pues tú nos has dicho
la necesidad
de orar pidiendo.


Por todo, Señor,
acude a nosotros
en nuestra debilidad.

Nosotros te necesitamos
y sin tu ayuda
nada podemos hacer. Amén.

viernes, 3 de junio de 2011

Volveré a veros y se alegrará vuestro corazón y nadie os quitará vuestra alegría.

Salmo de alegría y gozo



Señor, estamos contentos
y muy alegres por ti,
porque tu alegría
inunda nuestros valles
y nuestras plazas.


Tu alegría es inmensa,
 jamás terminará
y nadie
nos la podrá arrebatar.


Tu alegría, Señor,
es nuestro consuelo
en medio de las pruebas.


Tu alegría, Señor,
es a nuestro corazón
como lluvia fresca,
como una tarde de verano.


Tu alegría, Señor,
nos habla de tu presencia,
de tu amor a nosotros,
porque tú eres nuestra alegría,
el gozo más desbordante.


Como tú no acabas,
pues vives para siempre,
así la alegría en ti
no acabará jamás. Amén.

jueves, 2 de junio de 2011

Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,25-30):

En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»


Palabra del Señor


 
 
Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
San Mateo (11,25-30)


EL PUEBLO SENCILLO
Jesús no tuvo problemas con la gente sencilla. El pueblo sintonizaba fácilmente con él. Aquellas gentes humildes que vivían trabajando sus tierras para sacar adelante una familia, acogían con gozo su mensaje de un Dios Padre, preocupado de todos sus hijos, sobre todo, los más olvidados.

Los más desvalidos buscaban su bendición: junto a Jesús sentían a Dios más cercano. Muchos enfermos, contagiados por su fe en un Dios bueno, volvían a confiar en el Padre del cielo. Las mujeres intuían que Dios tiene que amar a sus hijos e hijas como decía Jesús, con entrañas de madre.

El pueblo sentía que Jesús, con su forma de hablar de Dios, con su manera de ser y con su modo de reaccionar ante los más pobres y necesitados, les estaba anunciando al Dios que ellos necesitaban. En Jesús experimentaban la cercanía salvadora de Padre.

La actitud de los <<entendidos» era diferente. Lo que al pueblo sencillo le llena de alegría a ellos les indigna. Los maestros de la ley no pueden entender que Jesús se preocupe tanto del sufrimiento y tan poco del cumplimiento del sábado. Los dirigentes religiosos de Jerusalén lo miran con recelo: el Dios Padre del que habla Jesús no es una Buena Noticia, sino un peligro para su religión.


 
Para Jesús, esta reacción tan diferente ante su mensaje no es algo casual. Al Padre le parece lo mejor. Por eso le da gracias delante de todos: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y las has dado a conocer a los sencillos. Sí, Padre, así te ha parecido mejor».

También hoy el pueblo sencillo capta mejor que nadie el Evangelio. No tienen problemas para sintonizar con Jesús. A ellos se les revela el Padre mejor que a los “entendidos” en religión. Cuando oyen hablar de Jesús, confían en él de manera casi espontánea.

 
Hoy,prácticamente, todo lo importante se piensa y se decide en la Iglesia, sin el pueblo sencillo y lejos de él. Sin embargo, difícilmente, se podrá hacer nada nuevo y bueno para el cristianismo del futuro sin contar con él. Es el pueblo sencillo el que nos arrastrará hacia una Iglesia más evangélica, no los teólogos ni los dirigentes religiosos.

Hemos de redescubrir el potencial evangélico que se encierra en el pueblo creyente. Muchos cristianos sencillos intuyen, desean y piden vivir su adhesión a Cristo de manera más evangélica, dentro de una Iglesia renovada por el Espíritu de Jesús. Nos están reclamando más evangelio y menos doctrina. Nos están pidiendo lo esencial, no frivolidades.



Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría.

Salmo y cántico



Cantamos, Señor,
alegres siempre
en nuestro camino,
pues tú eres la vida.


Cantamos danzando,
abriendo las manos,
sintiendo tu vida
pasar por la nuestra.


Cantamos, Señor,
al Dios hecho hombre
cercano a los pobres,
abierto siempre.


Ahora, Señor,
queremos unir nuestras voces
a las de toda la creación
para decirle al mundo
que tú eres maravilloso.


Cantamos, Señor,
al Dios de la vida,
más joven que la juventud,
y bailamos en tu nombre,
pues tú eres la fiesta
que nunca se acaba.
Encontrarte a ti
es un cántico nuevo. Amén.

miércoles, 1 de junio de 2011

Cuando venga el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena.

Salmo de libertad total



Señor de nuestra libertad,
¡qué grande eres!
¡que inmenso es tu amor!
Te necesito
para poder volar
por encima de las cosas,
para ser libre
de todo corazón,
para amar siempre
y en todo lugar
por encima de diferencias.


Señor, haznos libres
para amar siempre,
para querer más a todos
y sembrar libertad
en los caminos de los hombres.

Señor de la libertad total,
haznos fuertes en la lucha
para vivir
en el esplendor de la verdad.
Señor de la libertad
queremos amar siempre
para ser libres
y vivir en ti
entregando la vida. Amén.