lunes, 20 de abril de 2009

viernes, 3 de abril de 2009

La integridad


Se dice que cierto día salieron a pasear juntas la Ciencia, la Fortuna, la Resignación y la Integridad.
Mientras caminaban dijo la Ciencia:

- Amigas mías, pudiera darse el caso de que nos separáramos unas de otras y sería bueno determinar un lugar donde pudiéramos encontrarnos de nuevo.

A mí, podréis encontrarme siempre en la biblioteca de aquel sabio Dr. X, a quien, como sabéis, siempre acompaño.

En cuanto a mí expresó la Fortuna - me hallaréis en casa de ese millonario cuyo palacio está en el centro de la ciudad.

La Resignación dijo por su parte:

- A mí podréis encontrarme en la pobre y triste choza de aquel buen viejecillo a quien con tanta frecuencia veo y que tanto ha sufrido en la vida.

Como la Integridad permanecía callada, sus compañeras le preguntaron:

- Y a ti, ¿dónde te encontraremos?

La Integridad, bajando tristemente la cabeza, respondió:

- A mí, quien una vez me pierde jamás vuelve a encontrarme.

“Quien pierde su integridad y su honradez lo ha perdido todo”.

Anónimo

Eucaristía - M. María y M. Amalia

Se Equivoca…



No se equivoca el río cuando, al encontrar una montaña en su camino, retrocede para seguir avanzando hacia el mar.Se equivoca el agua que por temor a equivocarse, se estanca y se pudre en la laguna.

No se equivoca la semilla cuando muere en el surco para hacerse planta; se equivoca la que, por no morir bajo la tierra, renuncia a la vida.

No se equivoca el pájaro que ensayando el primer vuelo cae al suelo; se equivoca aquel que por temor a caerse renuncia a volar por la seguridaddel nido.


No se equivoca el hombre que ensaya distintos caminos para alcanzar sus metas; se equivoca aquel que por temor a equivocarse nunca acciona.Creo que al final del camino no te premiarán por lo que encuentres, sino por aquello que hayas buscado honestamente.


El error más grande lo cometes cuando, por temor a equivocarte, te equivocas dejando de arriesgar en el viaje hacia tus objetivo.
Rabindranath Tagore

Cuaresma 09

jueves, 2 de abril de 2009

Voluntad de Dios - M. María y M. Amalia

La escoba



La escoba, ese utensilio doméstico muy útil y que siempre tenemos afuera de la casa: En el lavadero, debajo de la escalera, o bien escondida en un armario....
Ella nos presta un buen servicio, y sobre todo a las que hacemos esas tareas : Barre todo aquello que ha caído de la mesa, las pelusas que se esconden debajo de la cama, las telarañas que nacen en las esquinas del techo...
En fin, su vida siempre está al servicio de las personas que la toma y la dirige, pues son incapaces por sí solas de crear un solo movimiento, y siempre depende de unas manos para cumplir su misión.
Ella quisiera siempre hacer una buena labor, pero todo depende de las manos directoras. Si ellas no saben utilizarla, resultará que el lugar no quedará limpio, y solamente se esparcirá la suciedad.
Su vida termina, cuando ya su misión ha sido cumplida, cuando sus cerdas se han desgastado cuando ya no puede realizar ya ninguna tarea.
Entonces, el amo, la sacará a la basura, la tomará en sus manos y la echará al camión. Y allí comienza una nueva tarea: Quizá las cerdas ya no sean útiles ¿Pero, y el palo de la escoba? Todavía puede ser útil.
Pues bien, la vida del hombre también se asemeja a la vida de una escoba. Su vida entregada al plan de Dios supone el dejarse dirigir por Dios para realizar la misión que se le confía, no puede ser protagonista de ninguna tarea o misión, pues cuando esto sucede, cuando el deseo de ser el personaje principal, la misión nunca queda cumplida.
Se trata, por tanto, de dejarnos tomar por Dios, de ser instrumentos dóciles y entre sus manos cumplir la tarea que Dios tenga preparada para cada uno de nosotros.
Es cierto, nuestra vida pasará por varias etapas, y con el paso de los años, nuestras fuerzas y energías irán disminuyendo; he ahí la transformación de nuestra tarea-misión.
Quizá en el cumplimiento de nuestra misión, quedemos como la escoba olvidados en el patio. Pero eso no tiene importancia cuando hemos puesto toda nuestra vida por la causa de Dios: la construcción del Reino.

miércoles, 1 de abril de 2009

¿Qué nos identifica en la Iglesia como Hermanas de Cristo Crucificado?

Se tú

No te preocupes en tener el brillo de la luna.
Tú ya tienes tu propio valor.
Dios te concedió el Don de la vida.
Aprovecha este presente y brilla.
No quieras hacer el agrado a todos.
Esto será imposible.
Pero trata a las personas con amor.
Y procura hablar la verdad.
Tu puede no tener la simpatía de muchos.

Pero, tendrá el amor de todos.
Principalmente de las personas buenas.
Muchas veces las personas no hablan cuando te quiere bien.
Pero, es que la gente no siempre sabe hablar lo que siente.
Tenemos miedo del que dirán al conocer nuestro sentir.
Por esto, no sufras!!!
Aprende el perdón, esto es muy bueno.
Y vivirás mejor.
Arriba de todo, puedes creer.
Las veces que olvidas…
… Tú tienes un gran valor para Dios.

Amor de Dios - M. María