sábado, 15 de noviembre de 2008

¿TENDRÁS TIEMPO?


Cuando te levantabas esta mañana, te observaba y esperaba que me hablaras, aunque fuera unas cuantas palabras, preguntando mi opinión o agradeciéndome por algo bueno que te haya sucedido ayer. Pero noté que estabas muy ocupado/a buscando la ropa adecuada para ponerte e ir al trabajo.
Seguí esperando de nuevo, mientras corrías por la casa arreglándote, supe que habría unos cuantos minutos para que te detuvieras y me dijeras:"¡¡Hola!!", pero estabas demasiado/a ocupado(a).Te observé mientras ibas rumbo al trabajo y esperé pacientemente todo el día. Con todas tus actividades supongo que estabas demasiado ocupado(a) para decirme algo. Pero está bien, aún queda mucho tiempo.
Durante el trabajo estabas tan preocupado/a por tus problemas, si tan sólo quisieras compartirlos conmigo; pero no, decidís manejarlos sólo(a) y yo espero. Llegaste a tu casa, después encendiste el televisor; esperé pacientemente. Mientras veías la tele, cenabas, pero nuevamente te olvidaste de hablar conmigo y nada.
A la hora de dormir, creo que ya estabas muy cansado(a). Después de decirle buenas noches a tu familia, caíste en tu cama y casi de inmediato te dormiste; no hay problema, porque quizás no te das cuenta que siempre estoy ahí para ti. Tengo más paciencia de la que te imaginas. También quisiera enseñarte cómo tener paciencia para con otros. Te amo tanto que espero todos los días por una oración, un pensamiento o un poco de gratitud de tu corazón.
Bueno, te estás levantando de nuevo, y otra vez esperar... sin nada más que mi amor por ti; tal vez el día de hoy me dediques un poco de tiempo. Que tengas un buen día!!!! Tu amigo: Dios

jueves, 13 de noviembre de 2008

Como el lápiz


El niño miraba cómo escribía una carta el abuelo. Hasta que le preguntó.

- ¿Abuelo, estás escribiendo una historia que nos pasó a los dos? ¿Es, por casualidad, una historia sobre mí?

El abuelo dejó de escribir, sonrió y le dijo al nieto:

- Estoy escribiendo sobre ti, es cierto. Sin embargo, más importante que las palabras, es el lápiz que estoy usando. Me gustaría que tú fueses como él cuando crezcas.

El nieto miró el lápiz intrigado, y no vio nada de especial en él, y preguntó:

- ¿Qué tiene de particular ese lápiz?

El abuelo le respondió: - Todo depende del modo en que mires las cosas. Hay en él cinco cualidades que, si consigues mantenerlas, harán siempre de ti una persona en paz con el mundo.
Primera cualidad: Puedes hacer grandes cosas, pero no olvides nunca que existe una mano que guía tus pasos. A esta mano la llamamos Dios, y Él siempre te conducirá en dirección a su voluntad.

Segunda cualidad: De vez en cuando necesitas dejar lo que estás escribiendo y usar el sacapuntas. Eso hace que el lápiz sufra un poco, pero al final, estará más afilado. Por lo tanto, debes ser capaz de soportar algunos dolores, porque te harán mejor persona.

Tercera cualidad: El lápiz siempre permite que usemos una goma para borrar lo que está mal. Entiende que corregir algo que hemos hecho no es necesariamente algo malo, sino algo importante para mantenernos en el camino de la justicia.

Cuarta cualidad: Lo que realmente importa en el lápiz no es la madera ni su forma exterior, sino el grafito que hay dentro. Por lo tanto, cuida siempre de lo que sucede en tu interior.

Quinta cualidad: Siempre deja una marca. De la misma manera, has de saber que todo lo que hagas en la vida, dejará trazos. Por eso intenta ser consciente de cada acción. (Paulo Coelho)

viernes, 7 de noviembre de 2008

PAZ INTERIOR

Eres sabio al darle a la paz interior la mayor importancia. La paz interior es lo mismo que la felicidad. Esa paz no tienes que buscarla fuera de ti ya que está en tu mismo ser, en el templo del alma donde Dios mora.Estás en armonía con Dios y contigo mismo cuando actúas con recta conciencia, sin lastimar a nadie. Estás en armonía al poner el SER por encima del TENER. Y al valorar más lo espiritual que lo material. Elige ser feliz aquí y ahora; al vencer el egoísmo con el amor y la inmortalidad con la rectitud. No imites al insensato que negocia por dinero su tranquilidad, su hogar, su salud y hasta su misma vida. Vibra con lo espiritual y halla en la meditación y la vida sencilla, esa calma que añoran los ambiciosos. Siéntete habitado por Dios, ámalo con todo el ser y al amarte y amar serás apacible; un ser en armonía.

martes, 4 de noviembre de 2008

EL GUSTO DE VIVIR


Felices los que saben reírse de sí mismos; Porque nunca terminarán de divertirse.

Felices los que saben distinguir una montaña de una piedra; Porque evitarán muchos inconvenientes. Felices los que saben descansar y dormir sinbuscar excusas; Porque llegarán a ser sabios.

Felices los que saben escuchar y callar; Porque aprenderán cosas nuevas.

Felices los que son suficientemente inteligentes como para no tomarse en serio; Porque serán apreciados por quienes los rodean.

Felices los que están atentos a las necesidades de los demás sin sentirse indispensables; Porque serán portadores de alegría.

Felices los que saben mirar con seriedad las pequeñas cosas y con tranquilidad las cosas grandes; Porque irán lejos en la vida.

Felices los que saben apreciar una sonrisa y olvidar un desprecio; Porque su camino estará pleno de sol.

Felices los que piensan antes de actuar y rezan antes de pensar; Porque no se turbarán en lo imprevisible.

Felices los que saben callar y ojala sonreír cuando se les quita la palabra, se los contradice o cuando les pisan los pies; Porque el amor comienza a penetrar en su corazón.

Felices los que son capaces de interpretar con benevolencia las actitudes de los demás; Porque conocen el valor de la caridad.

Felices los que saben reconocer al Señor en todo lo que encuentran; Porque habrán hallado la paz y la verdadera sabiduría. Si tienes fe en Dios, asume el compromiso de ser cada día más bueno, más humilde, más justo, y podrás cumplir todos los compromisos adquiridos. Él te apoyará y nunca estarás solo. (Autor Desconocido)

lunes, 3 de noviembre de 2008

REGALOS DE DIOS


Anoche tuve un sueño raro: En la plaza mayor de la ciudad habían abierto una tienda nueva. El rótulo decía: "Regalos de Dios". Entré; un ángel atendía a los clientes. Yo, asombrado, le pregunté:- ¿Qué es lo que vendes, ángel del Señor?- Ofrezco cualquier don de Dios.- ¿Cobras muy caro?- No, los dones de Dios son gratis.Miré los grandes estantes; estaban llenos de ánforas de amor, frascos de fe, bultos de esperanza, cajas de salvación y muchas cosas más. Yo tenía gran necesidad de todas aquellas cosas. Cobré valor y le dije al ángel:- Dame por favor, bastante amor a Dios; dame perdón de Dios; un bulto de esperanza, un frasco de fe y una caja de salvación. Me sorprendí mucho cuando vi que el ángel, de todo lo que yo le había pedido, me había hecho un solo paquete; allí estaba en el mostrador, un paquete tan pequeño como el tamaño de mi corazón.- ¿Será posible?" pregunté, "¿Esto es todo?"
El ángel me explicó:- Es todo, Dios nunca da frutos maduros; Él sólo da pequeñas semillas, que cada quien debe cultivar. (Autor Desconocido)

domingo, 2 de noviembre de 2008

LLORAR Y REZAR

Podemos ignorarla. No hablar de ella. Vivir intensamente cada día y olvidarnos de todo lo demás. Pero no lo podemos evitar. Tarde o temprano, la muerte va visitando nuestros hogares arrebatándonos a nuestros seres más queridos. ¿Cómo reaccionar ante ese accidente que se nos lleva para siempre a nuestro hijo? ¿Qué actitud adoptar ante la agonía del esposo que nos dice su último adiós? ¿Qué hacer ante el vacío que van dejando en nuestra vida tantos amigos y personas queridas? La muerte es como una puerta que traspasa cada persona a solas. Una vez cerrada la puerta, el muerto se nos oculta para siempre. No sabemos qué ha sido de él. Ese ser tan querido y cercano se nos pierde ahora en el misterio. ¿Cómo vivir esa experiencia de impotencia, desconcierto y pena inmensa? No es fácil. Durante estos años hemos ido cambiando mucho por dentro. Nos hemos hecho más críticos, pero también más vulnerables. Más escépticos, pero también más necesitados. Sabemos mejor que nunca que no podemos darnos a nosotros mismos todo lo que en el fondo anhela el ser humano. Por eso quiero recordar, precisamente en esta sociedad, unas palabras de Jesús que sólo pueden resonar en nosotros, si somos capaces de abrirnos con humildad al misterio último que nos envuelve a todos: «No se turbe vuestro corazón. Creed en Dios. Creed también en mí». Creo que casi todos, creyentes, poco creyentes, menos creyentes o malos creyentes, podemos hacer dos cosas ante la muerte: llorar y rezar. Cada uno y cada una, desde su pequeña fe. Una fe convencida o una fe vacilante y casi apagada. Nosotros tenemos muchos problemas con nuestra fe, pero Dios no tiene problema alguno para entender nuestra impotencia y conocer lo que hay en el fondo de nuestro corazón. Cuando tomo parte en un funeral, suelo pensar que, seguramente, los que nos reunimos allí, convocados por la muerte de un ser querido, podemos decirle así: «Estamos aquí porque te seguimos queriendo, pero ahora no sabemos que hacer por ti. Nuestra fe es pequeña y débil. Te confiamos al misterio de la Bondad de Dios. Él es para ti un lugar más seguro que todo lo que nosotros te podemos ofrecer. Sé feliz. Dios te quiere como nosotros no hemos sabido quererte. Te dejamos en sus manos. José Antonio Pagola

sábado, 1 de noviembre de 2008