martes, 26 de enero de 2010

Hace tiempo vivía un viudo con sus dos hijas pequeñas. Eran inteligentes y curiosas, porque siempre andaban haciendo muchas preguntas. Algunas él las sabía responder, pero otras escapaban a su conocimiento. Como pretendía ofrecerles la mejor educación, envió a las niñas de vacaciones a casa de un sabio que vivía en lo alto de una colina.
El sabio siempre respondía a todas las preguntas sin ni siquiera dudar nunca. Impacientes con el sabio, las niñas decidieron inventar una pregunta que él no supiera responder. Un día la mayor apareció con una linda mariposa azul que usaría para tratar de engañar al sabio.
-¿Qué vas a hacer? preguntó la hermana.
-Voy a esconder la mariposa entre mis manos y preguntarle al sabio si está viva o muerta .Si él dice que está muerta, abriré mis manos y la dejaré volar. Si dice que está viva, la apretaré y la aplastaré. Así, cualquiera que sea su respuesta,¡será una respuesta equivocada! Las dos niñas fueron a buscar al sabio, que estaba meditando tranquilamente.
- Tengo aquí una mariposa azul. Dígame sabio, ¿está viva o muerta?
Muy calmadamente el sabio sonrió y respondió:
-Depende de ti.... Ella está en tus manos.

Así es nuestra vida, nuestro presente y nuestro futuro. No debemos culpar a nadie cuando algo falla. Nosotros somos los responsables por aquello que conquistamos o no conquistamos. Nuestra vida está en nuestras manos, como la mariposa azul. Nos toca a nosotros escoger qué hacer con ella.

(Autor desconocido)

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