jueves, 18 de marzo de 2010

José, hombre justo

Lectura del santo evangelio según san Mateo 1, 16. 18-21. 24a

Jacob engendró a José, el esposo de Maria, de la cual nació Jesús, llamado Cristo,
El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera:

María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.

José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas habla tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:

-«José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a Maria, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.»

Cuando José se despertó, hizo lo que le habla mandado el ángel del Señor

Palabra del Señor.


Comentario al Evangelio
Alejandro, C.M.F.

Hoy celebramos a san José, esposo de la Virgen María. Una historia muy interesante, de aceptación callada de la voluntad de Dios.

Quizá no sea una de las personas más votadas en la lista de personajes más importantes de la historia de la humanidad, pero su papel callado es imprescindible en la historia de la Salvación. No en vano Juan XXIII le declaró Patrono de la Iglesia.

Los Seminarios también tienen a san José como patrón. Si alguien se entregó a Dios en plenitud – como deberíamos hacer todos los sacerdotes – ese fue san José. En el camino hacia el sacerdocio, el modelo de amor de José y la paternidad espiritual hacia todos los fieles es un ideal a tener presente en el camino.

También en el trabajo, san José es patrón. Día a día, cuidando de la Sagrada Familia, dando ejemplo y enseñando a Jesús a vivir con su esfuerzo. Haciendo bien lo que tenemos que hacer, podemos acercarnos a lo que hizo José.

A todos los que creemos en la Iglesia, la figura de san José nos da pie para dar gracias a Dios por nuestros padres, por los testimonios callados de mucha gente que, día a día, trabajan para sacar adelante a sus familias. Por tantas personas que aceptan la voluntad de Dios y tratan de aplicarla en sus vidas. Muchos hermanos de tantas Congregaciones, que en silencio se han ido ganando la santidad en la sastrería, en la cocina, en la portería…

Hoy la Liturgia propone dos Evangelios, de Mateo y de Lucas. En ambos podemos ver que para el que está a la escucha de Dios, ninguna situación es irresoluble. Guardando la Palabra en el corazón, meditando, rezando, podemos llegar a saber qué pide Dios de nosotros en cada momento. Como san José. Muchos llevamos el nombre de José en nuestro propio nombre. A todos, felicidades. Y a seguir su ejemplo.

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