Bienaventurados los que a nadie consideran forastero ni
extranjero en este mundo
Bienaventurados los que a nadie discriminan ni por la raza
ni por su credo religioso, ni por el sexo, ni por el nivel social, económico o
intelectual
Bienaventurados los que potencian la apertura al otro frente
a la tentación del etnocentrismo
Bienaventurados los que promueven el espíritu de comunidad
frente al indiviualismo aislacionista
Bienaventurados los que optan por el compromiso personal
frente a tantas formas de tolerancia ineficaz e hipócritas
Bienaventurados los que en un mundo insolidario colaboran
para implantar: la justicia frente a la mera beneficencia, la memoria histórica
frente al olvido, la solidaridad frente al independentismo
Bienaventurados los que más allá de la rica multiciplidad
de lenguas coexistentes en el mundo,
aprenden a comunicarse mediante el lenguaje universal del amor
Bienaventurados, inmensamente felices seréis, vosotros y
vosotras, cuando paséis a la denuncia, a los signos proféticos y al compromiso
real, y por este motivo, pongan en tela de juicio vuestro prestigio personal,
corra riesgo vuestro dinero y hasta el valor absoluto de la vida, por asumir la
cuota de responsabilidad que cada uno tiene en la nivelación progresiva de
cuantos habitamos esta tierra.
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