El verdadero Maestro
no se vende a sí mismo.
No habla de sí mismo.
No reclama poderes
ni conocimiento alguno.
No ofrece ni otorga
la autorrealización ni la liberación.
Tiene un aspecto normal,
un talante sencillo y no exhibe nada.
Le rodea un temperamento ...
normal y natural.
No excita a la gente que le rodea
ni la expone a falsas esperanzas
acreca del reino divino.
¿Acaso no escondes
tus objetos valiosos, como el oro,
los diamantes y el dinero?
Así también, el Maestro
oculta su divinidad
para transmitirsela a aquellos
que están en silencio.
Shirdi Sai
no se vende a sí mismo.
No habla de sí mismo.
No reclama poderes
ni conocimiento alguno.
No ofrece ni otorga
la autorrealización ni la liberación.
Tiene un aspecto normal,
un talante sencillo y no exhibe nada.
Le rodea un temperamento ...
normal y natural.
No excita a la gente que le rodea
ni la expone a falsas esperanzas
acreca del reino divino.
¿Acaso no escondes
tus objetos valiosos, como el oro,
los diamantes y el dinero?
Así también, el Maestro
oculta su divinidad
para transmitirsela a aquellos
que están en silencio.
Shirdi Sai
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