Carisma
El Carisma es un don gratuito que Dios otorga por medio de su Espíritu a una persona concreta para que haga presente en el mundo los signos que atestiguan la presencia de Dios en medio de los Hombres.
El Carisma parte de la iniciativa del Espíritu, en cambio la espiritualidad subraya más bien la respuesta de quién ha recibido el Carisma.
Los rasgos fundamentales del Carisma transmitido por las Fundadoras a las Hermanas Apostólicas de Cristo Crucificado se pueden resumir:
“Identificarnos con Cristo Crucificado, intentando adoptar sus mismas actitudes de Sacerdote y Víctima, es decir, amando, perdonando, compadeciéndonos de toda miseria humana, ofreciéndonos al Padre y consagrando con ÉL toda nuestra vida a Dios, por el bien de toda la Iglesia. Así participamos de su anonadamiento o Kénosis”.
Pretendemos formar un hombre nuevo para una sociedad nueva. Todo ello, como ellas lo deseaban, siguiendo el mandato de Cristo: “Dad gratis lo que gratis recibisteis”
La espiritualidad de la Congregación se manifiesta a través de un estilo propio de vida que en la práctica se traduce en Vida de fe y Confianza en Dios, Sencillez, Perdón, Acogida, Apertura, Espíritu de familia, Alegría, Entrega a los más necesitados, Austeridad, Fidelidad a la Iglesia, Vida de Oración e Imitar a María mujer del sí y fiel al pié de la cruz.
Misión
El Carisma se traduce en determinadas obras apostólicas. Nuestra misión es evangelizar los ambientes rurales, pueblos y aldeas, mediante catequesis, pastoral de enfermos, colaboración parroquial, casas de espiritualidad, centros de promoción de la mujer, casas hogar, enseñanza, guarderías, dispensarios, hogar de ancianos, etc. y cualquier necesidad que surja en el pueblo en el que estamos ubicadas.
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