domingo, 28 de febrero de 2010

Tu Cruz


Un joven, ya no daba más con sus problemas.
Cayó de rodillas, orando:
"Señor, no puedo seguir. Mi cruz es demasiado pesada"
El Señor, como siempre, acudió y le contestó:
"Hijo mío, si no puedes llevar el peso de tu cruz, guárdala dentro de esa habitación. Después, abre esa otra puerta y escoge la cruz que tú quieras ".
El joven suspiró aliviado. "Gracias, Señor" dijo, e hizo lo que le había dicho.
Al entrar, vio muchas cruces, algunas tan grandes que no les podía ver la parte de arriba.
Después, vio una pequeña cruz apoyada en un extremo de la pared.
"Señor", susurró, "quisiera esa que está allá".
Y el Señor contestó,
"Hijo mío, esa es la cruz que acabas de dejar"
Cuando los problemas de la vida nos parecen abrumadores, siempre es útil mirar a nuestro alrededor y ver las cosas con las que se enfrentan los demás.
Verás que debes considerarte más afortunado de lo que te imaginas.

Autor: Desconocido

sábado, 27 de febrero de 2010

Subamos al Tabor

Lectura del Evangelio según san Lucas (9,28b-36):

En aquel tiempo, Jesús cogió a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto de la montaña, para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió, sus vestidos brillaban de blancos. De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, apareciendo con gloria, hablaban de su muerte, que iba a consumar en Jerusalén.

Pedro y sus compañeros se caían de sueño; y, espabilándose, vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Mientras éstos se alejaban, dijo Pedro a Jesús: «Maestro, qué bien se está aquí. Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»
No sabía lo que decía. Todavía estaba hablando, cuando llegó una nube que los cubrió. Se asustaron al entrar en la nube. Una voz desde la nube decía: «Éste es mi Hijo, el escogido, escuchadle.»
Cuando sonó la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por el momento, no contaron a nadie nada de lo que habían visto.
Palabra del Señor


Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Lucas (9,28b-36)


ESCUCHAR SÓLO A JESÚS

La escena es considerada tradicionalmente como “la transfiguración de Jesús“. No es posible reconstruir con certeza la experiencia que dio origen a este sorprendente relato. Sólo sabemos que los evangelistas le dan gran importancia pues, según su relato, es una experiencia que deja entrever algo de la verdadera identidad de Jesús.En un primer momento, el relato destaca la transformación de su rostro y, aunque vienen a conversar con él Moisés y Elías, tal vez como representantes de la ley y los profetas respectivamente, sólo el rostro de Jesús permanece transfigurado y resplandeciente en el centro de la escena.

Al parecer, los discípulos no captan el contenido profundo de lo que están viviendo, pues Pedro dice a Jesús: «Maestro, qué bien se está aquí. Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías». Coloca a Jesús en el mismo plano y al mismo nivel que a los dos grandes personajes bíblicos. A cada uno su tienda. Jesús no ocupa todavía un lugar central y absoluto en su corazón.

La voz de Dios le va a corregir, revelando la verdadera identidad de Jesús: «Éste es mi Hijo, el escogido», el que tiene el rostro transfigurado. No ha de ser confundido con los de Moisés o Elías, que están apagados. «Escuchadle a él». A nadie más. Su Palabra es la única decisiva. Las demás nos han de llevar hasta él.

Es urgente recuperar en la Iglesia actual la importancia decisiva que tuvo en sus comienzos la experiencia de escuchar en el seno de las comunidades cristianas el relato de Jesús recogido en los evangelios. Estos cuatro escritos constituyen para los cristianos una obra única que no hemos de equiparar al resto de los libros bíblicos.

Hay algo que sólo en ellos podemos encontrar: el impacto causado por Jesús a los primeros que se sintieron atraídos por él y le siguieron. Los evangelios no son libros didácticos que exponen doctrina académica sobre Jesús. Tampoco biografías redactadas para informar con detalle sobre su trayectoria histórica. Son “relatos de conversión” que invitan al cambio, al seguimiento a Jesús y a la identificación con su proyecto.

Por eso piden ser escuchados en actitud de conversión. Y en esa actitud han de ser leídos, predicados, meditados y guardados en el corazón de cada creyente y de cada comunidad. Una comunidad cristiana que sabe escuchar cada domingo el relato evangélico de Jesús en actitud de conversión, comienza a transformarse. No tiene la Iglesia un potencial más vigoroso de renovación que el que se encierra en estos cuatro pequeños libros.

miércoles, 24 de febrero de 2010

lunes, 22 de febrero de 2010

sábado, 20 de febrero de 2010

Las tentaciones de Jesús


Lectura del santo evangelio según san Lucas (4,1-13):

En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y, durante cuarenta días, el Espíritu lo fue llevando por el desierto, mientras era tentado por el diablo. Todo aquel tiempo estuvo sin comer, y al final sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: «Si eres Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan.»

Jesús le contestó: «Está escrito: “No sólo de pan vive el hombre”.»

Después, llevándole a lo alto, el diablo le mostró en un instante todos los reinos del mundo y le dijo: «Te daré el poder y la gloria de todo eso, porque a mi me lo han dado, y yo lo doy a quien quiero. Si tú te arrodillas delante de mi, todo será tuyo.»

Jesús le contestó: «Está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”.»

Entonces lo llevó a Jerusalén y lo puso en el alero del templo y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: “Encargará a los ángeles que cuiden de ti”, y también: “Te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras”.»

Jesús le contestó: «Está mandado: “No tentarás al Señor, tu Dios”.»

Completadas las tentaciones, el demonio se marchó hasta otra ocasión.

Palabra del Señor




Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Lucas (4,1-13)


IDENTIFICAR LAS TENTACIONES

Según los evangelios, las tentaciones experimentadas por Jesús no son propiamente de orden moral. Son planteamientos en los que se le proponen maneras falsas de entender y vivir su misión. Por eso, su reacción nos sirve de modelo para nuestro comportamiento moral, pero, sobre todo, nos alerta para no desviarnos de la misión que Jesús ha confiado a sus seguidores.Antes que nada, sus tentaciones nos ayudan a identificar con más lucidez y responsabilidad las que puede experimentar hoy su Iglesia y quienes la formamos. ¿Cómo seremos una Iglesia fiel a Jesús si no somos conscientes de las tentaciones más peligrosas que nos pueden desviar hoy de su proyecto y estilo de vida?

En la primera tentación, Jesús renuncia a utilizar a Dios para «convertir» las piedras en panes y saciar así su hambre. No seguirá ese camino. No vivirá buscando su propio interés. No utilizará al Padre de manera egoísta. Se alimentará de la Palabra viva de Dios. Sólo «multiplicará » los panes para alimentar el hambre de la gente.

Ésta es probablemente la tentación más grave de los cristianos de los países ricos: utilizar la religión para completar nuestro bienestar material, tranquilizar nuestras conciencias y vaciar nuestro cristianismo de compasión, viviendo sordos a la voz de Dios que nos sigue gritando ¿dónde están vuestros hermanos?

En la segunda tentación, Jesús renuncia a obtener «poder y gloria» a condición de someterse como todos los poderosos a los abusos, mentiras e injusticias en que se apoya el poder inspirado por el «diablo». El reino de Dios no se impone, se ofrece con amor. Sólo adorará al Dios de los pobres, débiles e indefensos.

En estos tiempos de pérdida de poder social es tentador para la Iglesia tratar de recuperar el «poder y la gloria» de otros tiempos pretendiendo incluso un poder absoluto sobre la sociedad. Estamos perdiendo una oportunidad histórica para entrar por un camino nuevo de servicio humilde y de acompañamiento fraterno al hombre y a la mujer de hoy, tan necesitados de amor y de esperanza.

En la tercera tentación, Jesús renuncia a cumplir su misión recurriendo al éxito fácil y la ostentación. No será un mesías triunfalista. Nunca pondrá a Dios al servicio de su vanagloria. Estará entre los suyos como el que sirve.

Siempre será tentador para algunos utilizar el espacio religioso para buscar reputación, renombre y prestigio. Pocas cosas son más ridículas en el seguimiento a Jesús que la ostentación y la búsqueda de honores. Hacen daño a la Iglesia y la vacían de verdad.

LA ESENCIA DEL SER


Sabrás del dolor y de la pena de estar con muchos, pero vacío.

Sabrás de la soledad de la noche y de la longitud de los días.

Sabrás de la espera sin paz y de aguardar con miedo.

Sabrás de la soberbia de aquellos que detentan el poder y someten sin compasión.

Sabrás de la deserción de los tuyos y de la impotencia del adiós.

Sabrás que ya es tarde y casi siempre imposible.

Sabrás que eres tú el que siempre da y sientes que pocas veces te toca recibir.

Sabrás que a menudo piensas distinto y tal vez no te entienden.

Pero sabrás también:

Que el dolor redime. Que la soledad cura. Que la fe agranda. Que la esperanza sostiene. Que la humildad ennoblece. Que la perseverancia templa. Que el olvido mitiga. Que el perdón fortalece. Que el recuerdo acompaña. Que la razón guía. Que el amor dignifica... porque lo único que verdaderamente vale es aquello que está dentro de ti, y por encima de todo está Dios. Sólo tienes que descubrirlo y así hallarás la verdadera paz.

Juan XXIII

viernes, 19 de febrero de 2010

jueves, 18 de febrero de 2010

Buscar a Dios


No le reces a Dios mirando al cielo, ¡mira hacia adentro!
No busques a Dios lejos de ti, sino en ti mismo...

No le pidas a Dios lo que te falta: ¡búscalo tú mismo!,
y Dios lo buscará contigo,
porque ya te lo dio como promesa y como meta para que tú lo alcances...

No reproches a Dios por tu desgracia; ¡súfrela con Él! y Él sufrirá contigo; y si hay dos para un dolor, se sufre menos...

No le exijas a Dios que te gobierne a golpe de milagros desde afuera; ¡gobiérnate tú mismo! con responsable libertad, amando, y Dios te estará guiando ¡desde adentro y sin que sepas cómo!..

No le pidas a Dios que te responda cuando le hablas; ¡respóndele tú!, porque Él te habló primero; y si quieres seguir oyendo lo que falta escucha lo que ya te dijo...

No le pidas a Dios que te libere, desconociendo la libertad que ya te dio. ¡Anímate a vivir tu libertad! y sabrás que sólo fue posible porque tu Dios te quiere libre...

No le pidas a Dios que te ame, mientras tengas miedo de amar y de saberte amado. ¡Ámalo tú! y sabrás que si hay calor es porque hubo fuego, y que si tu puedes amar es porque Él te amó primero.

San Agustín

miércoles, 17 de febrero de 2010

El tigre y el zorro

Un hombre joven, del todo desanimado, salió a dar una vuelta por la selva. En pleno bosque, se extrañó al ver que un zorro llevaba comida a un tigre atrapado y herido que no se podía mover. Al día siguiente volvió para comprobar si aquel hecho era pura casualidad o era habitual. Y vio que la escena se repetía: el zorro dejaba un buen trozo de carne al alcance del tigre. Y así un día y otro.

Admirado de la solidaridad de los animales se dijo: "La naturaleza es maravillosa y Dios es bueno. Si los animales, que son inferiores a nosotros, se ayudan así, mucho más lo harán las personas. Y, si Dios tiene semejante cuidado de los animales, mejor cuidado tendrá de mi". Y decidió hacer la experiencia:

Se echó en tierra, aparentando que estaba herido, y esperó que alguna persona humana pasara por su lado y se compadeciera de él. Pasaron las horas, llegó la noche, y nadie se acercaba por aquel sendero. Él soportaba el hambre y la intemperie, dando por supuesto que Dios no le abandonaría haciendo que alguien pasara por allí. Pero al cabo de unos días de esperar inútilmente, al límite de sus fuerzas, decepcionado de una naturaleza que ya consideraba desordenada, y también de un Dios injusto y cruel, sintió una voz que le decía: "Si me quieres encontrar como a Dios bueno, y a tus semejantes como hermanos, abandona el papel de tigre y empieza a ser zorro".

Convertirse es: encontrar la armonía dentro de uno mismo (dejando de hacer el tigre) y transmitirla a tu alrededor (empezando a hacer de zorro).

"CONVERTÍOS Y CREED EL EVANGELIO"

El miércoles de Ceniza es el principio de la cuaresma. Con este nombre reconocen los cristianos el tiempo de preparación a la fiesta de la pascua, pues dura 40 días. La pascua es la celebramos más importante del cristianismo, en esta fiesta hacemos memoria durante tres días de la muerte y de la resurrección de Jesús. La cuaresma sólo se entiende en función de la pascua.

TIEMPO DE CAMBIO
En la celebración del miércoles de Ceniza se nos dice al tiempo de imponernos la ceniza:
"Conviértete y cree en el Evangelio". La cuaresma es pues, un tiempo de conversión. Convertirse significa "volver", "cambiar", "enderezar el camino" "renovarse". Lo que pasa es que hoy en día, somos un poco autosuficientes y vivimos olvidados de Dios. El hombre de hoy, y sobre todo, el joven y el adolescente, confía demasiado en las propias fuerzas y, a veces, se cierra a la fe. El hombre de hoy piensa que la cuaresma es para los "carrozas" y los "carcas", "ya no se estila".
El cambio que queremos, según la terminología de san Pablo es el paso del "hombre viejo" al "hombre nuevo":
• "Hombre-mujer viej@" es el que vive de espaldas a Cristo y a su Evangelio.
• "Hombre-mujer nuev@" es el que sigue a Jesús y vive según el Evangelio.

SE TRATA DE CAMBIAR EL CORAZÓN
El Miércoles de Ceniza es día de ayuno y abstinencia. Los Viernes de Cuaresma son días de abstinencia. Ayunar por ayunar no tiene sentido y no hace a la gente mejor... Sobre todo en un mundo en que muchos ayunan, no porque es Cuaresma, sino porque no tienen qué comer. El ayuno y la abstinencia son "signos de conversión (de cambio)" no son "la conversión".
El ayuno es signo de que tú:
• quieres ayunar de: malas acciones, pensamientos…de todo aquello que no te ayuda a ser más persona, y no ayuda a construir un mundo diferente...
• te solidarizas con los hambrientos, con aquellos que por fuerza tienen que ayunar. Lo ideal es que aquello que no gastes en la comida ese día lo compartas con los más
necesitados.
• reconoces que el ser humano necesita algo más que pan para vivir o sobrevivir, algo espiritual y trascendente. Lo que en la tradición se conoce como: “No sólo de pan vive el hombre sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios”. El ser humano necesita dar sentido a su existencia, no sólo sobrevivir.
• frenas el consumismo por un día
No lo olvidemos: lo importante en todo esto es cambiar el corazón

martes, 16 de febrero de 2010

Silbar bajo la lluvia


¿ Por qué algunos hombres
fruncen el ceño aunque luzca el sol
mientras otros consiguen
silbar bajo la lluvia?

¿Por qué hay hombres que,
apenas abren los ojos,
ven siempre algo a través?

Eso sucede porque
tienen una idea falsa
del sentido de la vida
y de las cosas

Tienen necesidad de Dios,
no como ser vago e impersonal,
lejano en los cielos,
sino como un amigo querido,
como un padre muy cercano .
Un íntimo contacto con Dios
cambia la mirada de los hombres sobre las cosas
y cada mañana renueva el corazón

Phil Bosmans

lunes, 15 de febrero de 2010

No te Rindas, Feliz día


Cuando te sientas solo y cansado
y creas que nadie te entiende,
cuando creas que lo que más querías
te ha abandonado,
cuando el llanto llegue
no sólo a tu ojos, sino también
a tu corazon y a tu alma,
clama a El, Jesús es su nombre,
Dios hecho hombre, por mí y por tí.
El está ahí escuchándote,
listo a consolarte y decirte
lo mucho que nos ama.

domingo, 14 de febrero de 2010

Otras bienaventuranzas

Felices aquellos
que no tienen amarrado el corazón
ni al dinero ni a las cosas.

Felices aquellos
que son amables
con los demás.

Felices aquellos
que se preocupan
cuando alguien sufre.

Felices aquellos que trabajan para que seamos cada día
más hermanos y compartamos todas las cosas.

Felices aquellos que prestan ayuda a los demás.

Felices aquellos que tienen un corazón
noble y honrado.

Felices aquellos que trabajan para
construir la paz.

Felices aquellos que son perseguidos por construir
hermandad y el compartir
entre los hombres.

Bienaventuranzas de los amigos

sábado, 13 de febrero de 2010

Dichosos ...

Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,17.20-26):

En aquel tiempo, bajó Jesús del monte con los Doce y se paró en un llano, con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. Él, levantando los ojos hacia sus discípulos, les dijo:

- «Dichosos los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. Dichosos los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados. Dichosos los que ahora lloráis, porque reiréis. Dichosos vosotros, cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten, y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas. Pero, ¡ay de vosotros, los ricos!, porque ya tenéis vuestro consuelo. ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados!, porque tendréis hambre. ¡Ay de los que ahora reís!, porque haréis duelo y lloraréis. ¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que hacian vuestros padres con los falsos profetas.»

Palabra del Señor



Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Lucas (6,17.20-26)

TOMAR EN SERIO A LOS POBRES

Acostumbrados a escuchar las “bienaventuranzas” tal como aparecen en el evangelio de Mateo, se nos hace duro a los cristianos de los países ricos leer el texto que nos ofrece Lucas. Al parecer, este evangelista y no pocos de sus lectores pertenecían a una clase acomodada. Sin embargo, lejos de suavizar el mensaje de Jesús, Lucas lo presentó de manera más provocativa.

Junto a las “bienaventuranzas” a los pobres, el evangelista recuerda las “malaventuranzas” a los ricos: « Dichosos los pobres…los que ahora tenéis hambre…los que ahora lloráis ». Pero «Ay de vosotros, los ricos…los que ahora estáis saciados…los que ahora reís». El Evangelio no puede ser escuchado de igual manera por todos. Mientras para los pobres es una Buena Noticia que los invita a la esperanza, para los ricos es una amenaza que los llama a la conversión. ¿Cómo escuchar este mensaje en nuestras comunidades cristianas?

Antes que nada, Jesús nos pone a todos ante la realidad más sangrante que hay en el mundo, la que más le hacía sufrir a él, la que más llega al corazón de Dios,la que está más presente ante sus ojos. Una realidad que, desde los países ricos, tratamos de ignorar y silenciar una y otra vez, encubriendo de mil maneras la injusticia más cruel e inhumana de la que, en buena parte, somos culpables nosotros.

¿Queremos continuar alimentando el autoengaño o abrir los ojos a la realidad de los pobres? ¿Tenemos voluntad de verdad? ¿Tomaremos alguna vez en serio a esa inmensa mayoría de los que viven desnutridos y sin dignidad, los que no tienen voz ni poder, los que no cuentan para nuestra marcha hacia el bienestar?

Los cristianos no hemos descubierto todavía toda la importancia que pueden tener los pobres en la historia del cristianismo. Ellos nos dan más luz que nadie para vernos en nuestra propia verdad, sacuden nuestra conciencia y nos invitan permanentemente a la conversión. Ellos nos pueden ayudar a configurar la Iglesia del futuro de manera más evangélica. Nos pueden hacer más humanos y más capaces de austeridad, solidaridad y generosidad.

El abismo que separa a ricos y pobres sigue creciendo de manera imparable. En el futuro, cada vez será más imposible presentarse ante el mundo como Iglesia de Jesús ignorando a los más débiles e indefensos de la Tierra. O tomamos en serio a los pobres u olvidamos el Evangelio. En los países ricos nos resultará cada vez más difícil escuchar la advertencia de Jesús:«No podéis servir a Dios y al Dinero». Se nos hará insoportable.

viernes, 12 de febrero de 2010

Grandeza de Corazón

Tu capacidad de servir a los demás está en proporción directa a la grandeza de tu corazón y a la nobleza de tus sentimientos…
…de igual manera, a medida que te esfuerzas por compartir…
…dar, servir y ser solidario, crece y se ennoblece tu ser interior, convirtiéndote en mejor persona…
…más feliz y con mayores posibilidades de vivir una vida de mejor calidad.
La felicidad no depende de lo que pasa a nuestro alrededor…sino de lo que pasa dentro de nosotros mismos.
La felicidad se mide por el espíritu con que nos enfrentamos a los problemas de la vida.
La felicidad…es un asunto de valentía…
La felicidad…¡es un estado de ánimo!; somos felices si decidimos serlo.
La felicidad…no consiste en hacer siempre lo que queramos; pero sí en querer todo lo que hagamos.
La felicidad nace de poner nuestro corazón en el trabajo… y de hacerlo con alegría y entusiasmo.
La felicidad, no tiene recetas… Cada quién la cocina con el sazón de su propia meditación.
La felicidad… no es una posada en el camino… sino un forma de caminar por la vida


Autor Desconocido

jueves, 11 de febrero de 2010

miércoles, 10 de febrero de 2010

Se equivoca...

No se equivoca el río cuando, al encontrar una montaña en su camino, retrocede para seguir avanzando hacia el mar.
Se equivoca el agua que por temor a equivocarse, se estanca y se pudre en la laguna.
No se equivoca la semilla cuando muere en el surco para hacerse planta; se equivoca la que, por no morir bajo la tierra, renuncia a la vida.
No se equivoca el pájaro que ensayando el primer vuelo cae al suelo; se equivoca aquel que por temor a caerse renuncia a volar por la seguridad
del nido.
No se equivoca el hombre que ensaya distintos caminos para alcanzar sus metas; se equivoca aquel que por temor a equivocarse nunca acciona.
Creo que al final del camino no te premiarán por lo que encuentres, sino por aquello que hayas buscado honestamente.
El error más grande lo cometes cuando, por temor a equivocarte, te equivocas dejando de arriesgar en el viaje hacia tus objetivo.
Rabindranath Tagore

martes, 9 de febrero de 2010

lunes, 8 de febrero de 2010

Para no vivir en vano

Si consigo evitar que un corazón se rompa, no habré vivido en vano.
Si consigo aliviar el dolor de una vida, calmar una pena, o tan sólo que vuelva el ave desvalida a su nido, no habré vivido en vano.
Quién hace algo para ayudar sincera y gratuitamente a los demás, no ha vivido en vano.
Vive en vano solamente aquél que se cierra, estéril, en su egoísmo.
Aquél que pasa distraído a la vera de quién sufre.
Vive en vano el que sólo piensa en acaparar y nunca en compartir.
Nada de lo que hayas hecho en favor de los demás será inútil.
Al final de tu vida lo que de verdad tendrá importancia, será la ayuda que habrás prestado a los otros.
En el momento de la verdad, solamente los otros constituirán tu recompensa.
Al fin y al cabo, no olvido las palabras de quién dijo que es mejor el dar que el recibir…

Autor Desconocido

domingo, 7 de febrero de 2010

sábado, 6 de febrero de 2010

Rema mar adentro



Lectura del santo evangelio según san Lucas (5,1-11):

En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret. Vio dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: “Rema mar adentro, y echad las redes para pescar.”

Simón contestó: “Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes.”

Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Hicieron señas a los socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían.

Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo: “Apártate de mí, Señor, que soy un pecador.”

Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.

Jesús dijo a Simón: “No temas; desde ahora serás pescador de hombres.” Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.

Palabra del Señor


Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Lucas (5,1-11)

RECONOCER EL PECADO

El relato de “la pesca milagrosa” en el lago de Galilea fue muy popular entre los primeros cristianos. Varios evangelistas recogen el episodio, pero sólo Lucas culmina la narración con una escena conmovedora que tiene por protagonista a Simón Pedro, discípulo creyente y pecador al mismo tiempo.

Pedro es un hombre de fe, seducido por Jesús. Sus palabras tienen para él más fuerza que su propia experiencia. Pedro sabe que nadie se pone a pescar al mediodía en el lago, sobre todo si no ha capturado nada por la noche. Pero se lo ha dicho Jesús y Pedro confía totalmente en él: «Apoyado en tu palabra, echaré las redes».

Pedro es, al mismo tiempo, un hombre de corazón sincero. Sorprendido por la enorme pesca obtenida, «se arroja a los pies de Jesús» y con una espontaneidad admirable le dice: «Apártate de mí, que soy pecador». Pedro reconoce ante todo su pecado y su absoluta indignidad para convivir de cerca con Jesús.

Jesús no se asusta de tener junto a sí a un discípulo pecador. Al contrario, si se siente pecador, Pedro podrá comprender mejor su mensaje de perdón para todos y su acogida a pecadores e indeseables. «No temas. Desde ahora, serás pescador de hombres». Jesús le quita el miedo a ser un discípulo pecador y lo asocia a su misión de reunir y convocar a hombres y mujeres de toda condición a entrar en el proyecto salvador de Dios.

¿Por qué la Iglesia se resiste tanto a reconocer sus pecados y confesar su necesidad de conversión? La Iglesia es de Jesucristo, pero ella no es Jesucristo. A nadie puede extrañar que en ella haya pecado.

La Iglesia es “santa” porque vive animada por el Espíritu Santo de Jesús, pero es “pecadora” porque no pocas veces se resiste a ese Espíritu y se aleja del evangelio. El pecado está en los creyentes y en las instituciones; en la jerarquía y en el pueblo de Dios; en los pastores y en las comunidades cristianas. Todos necesitamos conversión.

Es muy grave habituarnos a ocultar la verdad pues nos impide comprometernos en una dinámica de conversión y renovación. Por otra parte, ¿no es más evangélica una Iglesia frágil y vulnerable que tiene el coraje de reconocer su pecado, que una institución empeñada inútilmente en ocultar al mundo sus miserias?

¿No son más creíbles nuestras comunidades cuando colaboran con Cristo en la tarea evangelizadora, reconociendo humildemente sus pecados y comprometiéndose a una vida cada vez más evangélica? ¿No tenemos mucho que aprender también hoy del gran apóstol Pedro reconociendo su pecado a los pies de Jesús?

martes, 2 de febrero de 2010

Tal como soy

Jornada Mundial de la Vida Consagrada

Queridas hermanas y hermanos:

La Jornada Mundial de la Vida Consagrada me da ocasión de dirigirme a todos vosotros para animaros a celebrar con gozo y agradecer con humildad el don que el Señor ha hecho a nuestras vidas llamándonos a su seguimiento en la vida religiosa.

En el mensaje de Juan Pablo II para la primera Jornada de la Vida Consagrada, en febrero del 1997, el Papa indica la finalidad que le mueve a instituir esta Jornada en la fiesta de la Presentación de Jesús en el templo: alabar y dar gracias al Señor por el gran don de la vida consagrada que enriquece y alegra a la comunidad cristiana; promover en todo el pueblo de Dios el conocimiento y la estima de ella y finalmente, invitar a los consagrados y consagradas a celebrar juntos las maravillas que el Señor ha realizado en ellos, con el fin de hacer más viva la conciencia de su insustituible misión en la Iglesia y en el mundo.

Estos motivos nos deben mover, en esta Jornada, a examinar con humildad nuestras vidas para reavivar, personal y comunitariamente, el compromiso de nuestra consagración: imitar y hace presente continuamente en la Iglesia la forma de vida que Jesús supremo consagrado y misionero abrazó y propuso a los discípulos que le seguían (VC 22). Como Jesús, pues, somos ungidos por el Espíritu para la misión.

El lema de este año, "Caminos de consagración," está inspirado en el año sacerdotal y en el año santo Compostelano. Nos habla de caminar juntos, de ser peregrinos en una Iglesia peregrina, al encuentro de Jesucristo, el único Camino que nos conduce al Padre y al mundo. A este mundo somos enviados, para que, imitando a Jesús, a quién Simeón señala como "luz para alumbrar a las naciones" (Lc ,32), iluminemos caminos, acompañemos a peregrinos, abramos horizontes de humanización y esperanza.

Una Jornada para profundizar, como nos pide el Papa, en la conciencia de nuestra "insustituible misión en la Iglesia y en el mundo". Unas palabras que más que dejarnos satisfechos, nos responsabilizan e interpelan a renovar con nuevo vigor la misión a la que somos enviados; nos impulsan a hacernos visibles en la sociedad a través de la fuerza de nuestra presencia testimonial, y a ser en ella "signos creíbles y luminosos del Evangelio", ya que "el hombre contemporáneo escucha más a gusto a los testigos que a los maestros, o si escucha a los maestros lo hace porque son testigos" (Evangelii nuntiandi n.41); nos animan a ser hombres y mujeres apasionados por Jesucristo, que en aquello que hacen en el mundo hay siempre una transparencia de Dios, que sus vidas, tantas a veces a la intemperie, compartiendo las incertidumbres y las fatigas del peregrinar de sus hermanos, provocan interrogantes sobre el por qué de su modo de vivir y actuar.

No puede faltar en la oración de este día el recuerdo de nuestros hermanos de Haití. Son muchas las religiosas y religiosos que han perdido la vidas en la catástrofe, y muchos también los que continúan allí llorando con los que lloran, desprovistos de todo con los que nada les ha quedado y ayudando con enorme generosidad para remediar algún dolor. Estaban allí y continuarán allí, aunque su entrega no sea noticia ni obtenga reconocimiento social, porque les basta escuchar estas palabras de Jesús "Lo que hicisteis con uno de estos pequeños conmigo lo hicisteis."

Quisiera terminar invitándoos a todos en esta Jornada a mirar el futuro con esperanza. Una esperanza que sólo debemos poner en nuestro Padre Dios, de quién la Vida Consagrada ha recibido su ser. Y para ello, ninguna palabra más adecuada que aquellas de Juan Pablo II en la exhortación apostólica Vita Consecrata: "¡Vosotros no solamente tenéis una historia gloriosa para recordar y contar, sino una gran historia que construir¡ Poned los ojos en el futuro, hacia el que el Espíritu os impulsa para seguir haciendo con vosotros grandes cosas" (n. 110)

Elías Royón, S.J.
Presidente de CONFER.

lunes, 1 de febrero de 2010