jueves, 12 de abril de 2012

"Gran torino". Un alegato a la no violencia y la integración.

Película a no perderse. Con ella se pueden trabajar muchos temas: no violencia, integración por el conocimiento, relaciones positivas y negativas, la educación y el respeto, intergeneracionalidad...
 
Se puede trabajar desde 3º de la ESO (13-14 años) en adelante. Cápta rápidamente la atención del público adolescente con unos modos y vocabulario borde y agresivo y así, poco a poco... les va llevando hacia un mensaje mucho más profundo.

 
SINOPSIS

Walt Kowalski (Clint Eastwood), un trabajador del automóvil jubilado, ocupa su tiempo con reparaciones domésticas, cerveza y visitas mensuales al peluquero. Aunque el último deseo de su difunta esposa fue que se confesara, para Walt, un resentido veterano de la Guerra de Corea que mantiene su rifle M-1 limpio y listo, no hay nada que confesar. Aquellos a los que solía considerar sus vecinos se han trasladado o han fallecido y han sido sustituidos por inmigrantes hmong, del sudeste asiático, que él desprecia. Ofendido por prácticamente todo lo que ve: los aleros caídos, el césped descuidado y los rostros extraños que le rodean; las pandillas sin propósito de adolescentes hmong, latinos y afroamericanos que creen que el barrio les pertenece; los extraños inmaduros en que se han convertido sus hijos; Walt sólo espera a que llegue su última hora. Hasta la noche en que alguien intenta robar su Gran Torino del 72. Tan reluciente como estaba el día en que el propio Walt ayudó a sacarlo de la cadena de montaje hace décadas, el Gran Torino hace que su tímido vecino adolescente, Thao (Bee Vang), entre en su vida cuando los pandilleros hmong presionan al chico para que intente robarlo. Pero Walt lo impide, convirtiéndose en el reacio héroe del barrio, especialmente para la madre y la hermana mayor de Thao, Sue (Ahney Her), quien insiste en que Thao trabaje para Walt para enmendar su conducta. (La Butaca)


DATOS A CONOCER PARA LA PERSONA QUE LLEVE LA DINÁMICA

"El personaje de Walt Kowalski, interpretado por Clint Eastwood - que bien podría ser la última interpretación de su carrera-,consume el último tramo de su vida observando la de los demás. El protagonista de Gran Torino,que hoy se estrena, es un ser solitario, irascible, racista y tan anacrónico como el coche que da título al filme: una joya de coleccionista que mantiene aparcada en el garaje, mientras él, sentado en el porche, reflexiona - entre cerveza y cerveza-sobre la soledad en que le ha sumido la viudedad...

Su barrio está poblado por una colonia hmong (grupo étnico que pocedente del sur de China se estableció en Vietnam y otros países asiáticos). Acaso representene l futuro de un país, Norteamérica, en el que este hombre inacabado habría depositado su orgullo patriota y sus esperanzas, pero que ahora está sumido en la crisis económica...

Kowalski está de vuelta de todo. Parece un avejentado Harry el Sucio. En Gran Torino, Clint Eastwood se convierte definitivamente en el último antihéroe americano" (La Vanguardia)

A principios de los años noventa Nick Schenk trabajaba en una pequeña empresa en Bloomington, Indiana, embalando cintas de vídeo. Algunos de sus compañeros de trabajo pertenecían a la etnia hmong. Los hmong vivían al norte de Laos en relativa paz y tranquilidad, hasta que en la década de los cincuenta varios operativos de la CIA decidieron que el país sería una buena base para evitar la difusión del comunismo en Asia. Con la promesa de un buen sueldo, formación militar y un futuro brillante, más de 9.000 hmong (que llegarían a ser 18.000) pasaron a formar parte de un proyecto secreto que pocos años después acabaría con su participación en la guerra de Vietnam donde ejecutaron centenares de misiones de alto riesgo.

Tras la retirada estadounidense, Vietnam decidió atacar Laos y los hmong fueron declarados "enemigos prioritarios" y aniquilados. Más de 100.000 trataron de huir hacía Tailandia, pero sólo 40.000 lograron llegar allí, donde pasaron a formar parte de campos de refugiados donde eran humillados. Cien mil más murieron durante el transcurso de la guerra, pero aun así no fue hasta finales de 1975 cuando el Gobierno estadounidense decidió dar estatus de refugiado político a los hmong que lo solicitaran.

Según escribió en 1996 el veterano de Vietnam Jack Austin Smith, de los tres millones de hmong que se calcula vivían en esa zona en los años cincuenta, sólo 200.000 consiguieron salvarse. Varios miles aceptaron la oferta del Gobierno estadounidense (que los había dejado en la estacada) y actualmente se cree que unos 180.000 hmong viven en territorio norteamericano" (El País).

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