Se cuenta que hubo un leñador que se pasaba el día talando árboles. La madera en esa parte del bosque no era de buena calidad así que lograba pocos beneficios a pesar de ocupar toda su jornada cortando leña. Un día pasó por allí un anciano y al ver el gesto desalentado del leñador, le dijo: Buen hombre, sigue adelante.
A la mañana siguiente, cuando el leñador se disponía a emprender su labor, recordó el consejo que el día anterior le había dado el anciano. Nunca se había planteado buscar otro lugar para talar porque en aquella zona al menos tenía leña asegurada, pero cada día se sentía más cansado y desanimado. Esa mañana tomo la decisión de penetrar más en el bosque. Después de unas horas de caminar por territorio desconocido descubrió un macizo de árboles espléndidos de madera de sándalo. Esta madera era la más valiosa de todas, la más cotizada en la comarca, así que el leñador se congratuló por haber tenido esperanza de nuevas y mejores posibilidades.
Transcurrieron algunos meses y el leñador volvió a recordar la sugerencia del anciano. El éxito obtenido anteriormente al decidirse a buscar otros horizontes le llenó de entusiasmo y determinó penetrar aún más en el bosque. Así fue como pudo encontrar una mina de plata. Este fabuloso hallazgo le hizo muy rico y además le permitió descubrir nuevas áreas de aprendizaje y desarrollar nuevas habilidades. Dentro y fuera de sí mismo los paisajes y las perspectivas estaban mejorando considerablemente.
Y lo curioso es que, en el que fuera leñador, seguían resonando muy vivas las palabras del anciano: Sigue adelante. En esos días todavía se introdujo más en el bosque. Había aprendido a perseverar y a cultivar un espíritu de descubrimiento y fe en el potencial que hay en el interior de todo lo creado, incluido él mismo. Fue de este modo como halló ahora una mina de oro y se hizo un hombre excepcionalmente rico. También muy sabio y generoso. Había tenido que avanzar con tesón y confianza hasta encontrar la riqueza que ahora compartía, por eso a cada persona que le pedía consejo, el antiguo leñador le repetía: Sigue adelante, hacia tu interior para encontrar la fuente de tu sabiduría y hacia tus sueños que serán reflejo de tu riqueza interior. " (Adaptación de un cuento de la tradición hindú)
A la mañana siguiente, cuando el leñador se disponía a emprender su labor, recordó el consejo que el día anterior le había dado el anciano. Nunca se había planteado buscar otro lugar para talar porque en aquella zona al menos tenía leña asegurada, pero cada día se sentía más cansado y desanimado. Esa mañana tomo la decisión de penetrar más en el bosque. Después de unas horas de caminar por territorio desconocido descubrió un macizo de árboles espléndidos de madera de sándalo. Esta madera era la más valiosa de todas, la más cotizada en la comarca, así que el leñador se congratuló por haber tenido esperanza de nuevas y mejores posibilidades.
Transcurrieron algunos meses y el leñador volvió a recordar la sugerencia del anciano. El éxito obtenido anteriormente al decidirse a buscar otros horizontes le llenó de entusiasmo y determinó penetrar aún más en el bosque. Así fue como pudo encontrar una mina de plata. Este fabuloso hallazgo le hizo muy rico y además le permitió descubrir nuevas áreas de aprendizaje y desarrollar nuevas habilidades. Dentro y fuera de sí mismo los paisajes y las perspectivas estaban mejorando considerablemente.
Y lo curioso es que, en el que fuera leñador, seguían resonando muy vivas las palabras del anciano: Sigue adelante. En esos días todavía se introdujo más en el bosque. Había aprendido a perseverar y a cultivar un espíritu de descubrimiento y fe en el potencial que hay en el interior de todo lo creado, incluido él mismo. Fue de este modo como halló ahora una mina de oro y se hizo un hombre excepcionalmente rico. También muy sabio y generoso. Había tenido que avanzar con tesón y confianza hasta encontrar la riqueza que ahora compartía, por eso a cada persona que le pedía consejo, el antiguo leñador le repetía: Sigue adelante, hacia tu interior para encontrar la fuente de tu sabiduría y hacia tus sueños que serán reflejo de tu riqueza interior. " (Adaptación de un cuento de la tradición hindú)
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