Qué dulce la paz, la calma
y que dulce es el sentir
en el interior del alma
ese descansar en ti.
Qué fácil es caminar
apoyada en el cayado de tu cruz,
que fácil es caminar
cuando el alma va guiada por tu luz.
Qué ligeramente escalas
sin angustias ni temor
hasta las altas montañas
alma que vive de amor.
(M. Amalia)
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