Pasar desapercibido no siempre es fácil.
Pasar desapercibido no es cosa de tontos, es cosa de listos y nobles... pues cuando somos capaces de hacer el bien sin necesidad de reconocimientos es porque hemos alcanzado un peldaño más en la subida hacia la autoestima y amor a lo que hacemos.
Las medallas siempre gustan, los aplausos nos engrandecen, las menciones positivas nos impulsan a avanzar... todo eso es bueno pero no debe ser la razón última de nuestro ser y actuar...
Por eso, ¡atrévete a pasar desapercibido! a hacer el bien sin mirar a quien, a entregarte por completo desde lo que eres sin buscar segundas intenciones,
a no ser siempre reconocido en tu valía y a parecer "tonto" por no ser el centro
de tus mejores escenas.
a no ser siempre reconocido en tu valía y a parecer "tonto" por no ser el centro
de tus mejores escenas.
Cuando nos esforzamos, trabajamos, nos ilusionamos y vivimos todo desde
el amor a Dios y a los demás los aplausos, sonoros o silenciosos, llegan solos
y son un aliciente para continuar dándote por entero.
el amor a Dios y a los demás los aplausos, sonoros o silenciosos, llegan solos
y son un aliciente para continuar dándote por entero.
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