lunes, 19 de septiembre de 2011

¡HAZME OTRA VEZ, ALFARERO!

Toma mi barro otra vez, alfarero,
recógeme con tus manos que vengo rota
y no puedo tocar con las mías tu cuerpo.

Álzame de nuevo en tu torno, alfarero,
que traigo mi gesto sin vida y necesito tu gesto.

Recréame con tus dedos, aliéntame con tu aliento;
pon en mi carne tu fuego, dame tu voz y tu verso,
que yo seré tu palabra, pueblo tras pueblo.

Mete tu mano en mi entraña, forma mi cuenco.

Un cuenco frágil, pequeño,
donde solamente quepa un corazón bueno.

Dame la forma de un pájaro,
que quiero soñar con el viento. Sólo soñar...

Si luego acierto a volar y vuelo,
será porque tú has puesto bajo mis alas tu suelo,
bajo mi suelo tu amor.

Pero si en vez de volar, me quedo a medio vuelo
y caigo a tierra dando vuelcos
y quedan rotos mis huesos...,
volveré a gritar de nuevo:

¡HAZME OTRA VEZ, ALFARERO!

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