- Nadie alcanza la meta con un solo intento, ni perfecciona la vida con una sola rectificación, ni alcanza altura con un solo vuelo.
- Nadie camina la vida sin haber pisado en falso muchas veces.
- Nadie recoge cosechas sin probar muchos sabores, enterrar muchas semillas y abonar mucha tierra.
- Nadie mira la vida sin acobardarse en muchas ocasiones, ni se mete en el barco sin temerle a la tempestad, ni llega al puerto sin remar muchas veces.
- Nadie siente el amor sin probar sus lágrimas, ni recoge rosas sin sentir sus espinas.
- Nadie hace obras sin martillear sobre su edificio, ni cultiva amistad sin renunciar a si mismo, ni se hace hombre sin sentir a Dios.
- Nadie llega a la otra orilla sin haber ido haciendo puentes para pasar.
- Nadie deja el alma lustrosa sin el pulimento diario de Dios.
- Nadie puede juzgar sin conocer primero su propia debilidad.
- Nadie consigue su ideal sin haber pensado muchas veces que perseguía un imposible.
- Nadie reconoce la oportunidad hasta que esta pasa por su lado y la deja ir.
- Nadie encuentra el pozo de Dios hasta caminar por la sed del desierto.
- Nadie deja de llegar a su meta, cuando se tiene la claridad de un don, el crecimiento de su voluntad, la abundancia de la vida,
el poder para realizarse y el impulso de Dios.
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