A ti levanto mis ojos,
a ti que habitas en el cielo.
Como están los ojos de la esclava
fijos en las manos de su señora,
así están nuestros ojos
en el Señor, Dios nuestro,
esperando su misericordia.
Salmo 122
"Al levantar la cabeza mirando a la gruta vi a una Señora toda vestida de blanco, con un cinturón azul y en cada pie una rosa amarilla del color de la cadena de su rosario; las cuentas de éste eran blancas."
"Entonces metí la mano en el bolsillo y saqué el rosario. La Señora tomó el rosario que tenía entre sus manos e hizo la señal de la cruz. Me arrodillé y recé el Rosario en presencia de la hermosa Señora. Ella pasaba las cuentas de su rosario entre sus dedos, pero sin mover los labios. Unicamente al final de cada decena repetía conmigo el Gloria."
Santa Bernardita
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