Una
persona servicial es alguien que está siempre dispuesto a ayudar a los demás, a
hacer los favores que le pidan. La Virgen es una mujer muy servicial. Cuenta el
Evangelio que el día en que supo que Isabel, su prima, necesitaba su ayuda, fue
enseguida a verla a la montaña donde vivía. Fue aprisa, sin dudarlo un
instante.
¡Cuántas
veces nosotros pasamos por delante de alguien que necesita ayuda y no le
hacemos caso! ¡Cuántas veces un compañero nos ha pedido algo necesario y le
hemos dicho que no! ¡Cuántas veces me he negado a poner la mesa o a colaborar
en casa!
Rezamos
a María:
Madre, queremos que nuestro corazón sea
servicial, por eso te ofrecemos esta flor. Hazla más bonita y que nuestro
servicio crezca cada día más.
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