Seguro
que alguna vez os habéis encontrado con algún amigo que está triste por algo
que le ha pasado. ¿Verdad que lo habéis intentado animar? Pues eso debemos
hacer los cristianos. En el mundo hay gente que está triste. Lo que nosotros
tenemos que hacer es ayudarles, animarles, sembrar alegría.
María
consoló a los discípulos de Jesús cuando tenían miedo, cuando estaban
asustados. En un momento de silencio cada uno le puede pedir a la Virgen por
todas las personas que necesitan que Ella les consuele.
(silencio)
[Bendita
sea tu pureza].
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