No sé
si os habéis perdido alguna vez por el campo, pero os aseguro que no es nada
bonito. Cuando alguien se pierde tiene miedo, no sabe si ir hacia delante,
hacia atrás, a la derecha, a la izquierda, no sabe cuándo va a encontrar el
camino y llegar a casa. ¡Imaginaos qué susto! ¿Y los que están esperando a que
llegue? ¡Estarán muy preocupados!
Rezamos
a la Virgen:
Madre, cuando me porto mal, es como si me
hubiera perdido, porque me siento mal, no me gusta hacer daño a los demás.
Acompáñame, quiero hacer el bien, ayudar a los demás, ser como Jesús y como
Tú.
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