Tú eres bendito, Señor, porque has visitado a tu pueblo,
porque has suscitado en tu pueblo una fuerza de salvación
y ya es posible esperar y caminar hacia la promesa.
Tú eres bendito, Señor, porque tu salvación nos libra del mal,
es misericordia con nosotros,
es alianza para siempre con el ser humano,
porque eres fiel a la promesa hecha a nuestros padres.
Tú eres bendito, Señor, porque nos libras del temor,
porque podemos estar en tu presencia, porque
estás a nuestro lado.
Tú eres bendito, Señor, porque nos visitas de lo alto,
porque nos iluminas el camino,
porque rompes las tinieblas,
porque has roto la noche
y guías nuestros pasos por el camino de la paz.
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