¡Dichoso quien cuida del pobre y débil!
¡Dichoso quien tiende su mano al necesitado!
¡Dichoso quien no sabe negar una ayuda!
¡Dichoso quien sabe amar y comprometerse! Dichosos, sí,
los que no temen arriesgar todo por el Reino.
la competencia por la solidaridad,
la violencia por la justicia y el amor.
Ayúdanos, Señor, a desterrar del corazón
el egoísmo que tantas veces lo envuelve.
Ayúdanos a no fracasar en nuestro intento
de estar atentos al dolor de los demás.
Ayúdanos a saber mirar la realidad,
a descubrir la injusticia y la maldad.Ayúdanos a ser mensajeros de esperanza, a arriesgar,
si necesario fuera, la vida por los demás.
Tú sabes, que nos duele, ver tantos buenos deseos
que luego no hacemos fructificar.
Que nos duele, tener las cosas claras en la mente y no traducirlas en compromisos para transformar.
Danos fuerza, Señor, para que tu Palabra y nuestros deseos
lleguen a hacerse realidad.
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