miércoles, 29 de febrero de 2012

“Cristo murió para conducirnos a Dios” (1 Pe 3,18)

Qué bien se me la razón última
que lo guía y encamina todo,
que todo lo gobierna y dispone
con amorosa solicitud y mucho tacto,
disponiéndolo todo para conducirnos...


PARA CONDUCIRNOS A DIOS.


Cómo siento en mí la fuerza invisible
que desde dentro me mueve,
empujándome suave y sigilosamente,
con todo mimo y mucho respeto,
con paciencia y apremio, para conducirnos...


PARA CONDUCIRNOS A DIOS.


Cómo vemos por todas partes la gracia
que se abre paso a través de todo,
ascendiéndolo todo, animándolo,
atrayéndolo hacia su plenitud
y cumplimiento, para conducirnos...


PARA CONDUCIRNOS A DIOS.


Con qué sutil perfume se delata
al caminar por nuestra misma acera,
acercarse y ponerse a nuestro lado vulnerable,
cómo se cuela entre nosotros y nos induce
a forzar el paso, para conducirnos...


PARA CONDUCIRNOS A DIOS.

Joaquín Suárez

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