domingo, 26 de febrero de 2012

SALMO DE BÚSQUEDA

Mi corazón, Señor, se siente insatisfecho. Yo busco libertad y amor;
busco verdad y belleza; busco la paz y la justicia... y mi corazón no te encuentra.
Recuerdo otros momentos, en los que mi corazón llegaba hasta ti como la ola a la
playa. Recuerdo cuando mi corazón era puro y cantos de júbilo y fiesta se
levantaban desde dentro de mí hacia ti.

Y ahora, Señor, quiero desahogarme y no puedo mi corazón se angustia; me siento
perdido. He perdido la paz del corazón, y la alegría no siempre me acompaña. No
puedo decir de verdad: soy feliz. Con todo, yo espero en ti.

Tú volverás a ser el manantial de mi vida y mi corazón volverá a sentirte cercano.

Tú eres, la luz de mi rostro, Señor.
Caminaré de día hacia ti, buscando tu misericordia. Y de noche proclamaré que eres el Dios de mi vida.

Envía tu luz y tu verdad: que ellas me guíen y me conduzcan hasta ti, que eres el Origen de mi vida. Quiero que tú seas mi morada, que seas el Dios de mi gozo y de mi alegría. Te doy gracias con el corazón, Dios mío.

Señor, que mi corazón no se deprima ni se angustie. Señor, yo espero en ti, pues eres mi Dios. Te busco sediento, como la cierva el manantial. Te busco porque tú eres la Verdad de mi verdad, y el Amor de mi amor y la Belleza de mi belleza, y la Libertad de mi libertad. Te busco a ti, Señor de mi vida.

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