domingo, 5 de febrero de 2012

Entonces...


Este es mi deseo:
que a todas las armas se les caiga la "r",
letra de retraso y de rencor.
No es cuestión de armarse,
sino de amarse.

Entonces,
cuando las armas pierdan
su aguijón de muerte,
cuando los fusiles disparen
flores y caramelos,
cuando los tanques
se conviertan en tractores,
y cuando no haya más bombas
que las del corazón...

Entonces,
cuando las guerras no sean contra el hombre,
sino contra el hambre,
cuando no se mate a los enemigos,
sino a la enemistad,
cuando no se fabrique más la muerte,
sino la vida,
cuando la única violencia sea del amor...


Entonces,
las puertas del paraíso volverán a abrirse,
el Reino de Dios será realidad
entre nosotros,
las Bienaventuranzas empezarán a tener sentido
y alguna petición del Padrenuestro
ya no será necesaria.

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