lunes, 19 de mayo de 2008

Flor: Girasol


La fascinación por las cosas de Dios y por la luz que El nos da la representamos con el “girasol”.
En el amanecer de cada jornada la yema y las hojas de esta flor se vuelven hacia el Este para no perder, ni un solo instante, la fuerza que le otorga la luz solar.
Dirigir nuestros pasos hacia la Madre de Dios es querer aprovechar al máximo la fuerza que nos envía el Espíritu Santo; es querer broncearnos con el sol de la justicia que es Jesús; es permanecer con los pies en el suelo pero pendientes del aliento que María nos envía desde su altar.
El “girasol” es alimento de base en la vida de muchas culturas y también complemento en la dieta de otros tantos países desarrollados. Que la FE sea esa materia prima con la cual alimentemos y construyamos ese mundo tan necesitado de una hondura espiritual y humana.

1 comentario:

Anónimo dijo...

María, modelo de fe
"Dichosa Tú, porque has creído" porque te fiaste de Dios y abriste toda tu vida a la fuerza de la Palabra. Te dejaste guiar por Dios que te inundó con el misterio de su amor, y fuiste descubriendo los tesoros de la entrega y la salvación.
En tu corazón supiste guardar y contemplar la presencia cercana de Dios. Madre, necesitamos potenciar nuestra fe, para que sea más personal. Una fe que de ilusión y coraje a nuestra vida. Experimentar la cercanía de Dios que nos impulse a ser testigos de salvación. Madre, ayúdanos a interiorizar la Palabra que nos haga creyentes auténticos y a ser consecuentes con lo que decimos creer.