Celebramos una gran fiesta para todos nosotros, los creyentes: PENTECOSTÉS, la venida del Espíritu Santo. Por eso, el Señor nos reúne en comunidad para que sintamos la presencia de su Espíritu. Es verdad que actúa de forma oculta y misteriosa, pero Él lo hace, dándonos fortaleza para la lucha, sembrando en nuestros corazones la esperanza, el amor para acogernos unos a otros.
Recibir el Espíritu Santo y creer en Él, es tomar conciencia de que cada uno de nosotros somos parte activa dentro de la comunidad cristiana y comprometerse en proclamarlo y hacerlo presente en la misma. El Espíritu Santo nos reúne hacia dentro, para enviarnos hacia fuera a dar testimonio de la fe y del amor. Dejémoslo obrar en nosotros y en nuestra comunidad. No le pongamos trabas al Espíritu para que renueve nuestros corazones.
Ven Espíritu Santo del Padre y del Hijo. Ven Espíritu de Amor, Espíritu de filiación, Espíritu de paz, de confianza, de fuerza y de alegría. Ven alegría oculta en las lágrimas del mundo. Ven vida victoriosa de la muerte en la tierra. Ven, Padre-Madre de los pobres Ven, socorro de los oprimidos. Ven luz de la eterna verdad. Ven, amor que has sido derramado en nuestros corazones.
No tenemos nada que pueda obligarte, pero por eso estamos más llenas de confianza. Nuestro corazón teme ocultamente que vengas, porque eres desinteresado y delicado; porque eres distinto que él. Pero la más firme promesa es que tú vienes.
Así pues, ven hoy, y todos los días. Confiamos en Ti., ¿en quién podríamos confiar si no? Te amamos porque eres el mismo Amor. Por Ti tenemos a Dios como Padre, porque Tú clamas en nosotras “Abba Padre”. Nos vivificas. Te agradecemos que habites en nosotras que hayas querido ser el sello de Dios vivo en nosotras, el sello de su propiedad. Quédate con nosotras. No nos dejes solas en la lucha de la vida.
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Celebramos una gran fiesta para todos nosotros, los creyentes: PENTECOSTÉS, la venida del Espíritu Santo. Por eso, el Señor nos reúne en comunidad para que sintamos la presencia de su Espíritu. Es verdad que actúa de forma oculta y misteriosa, pero Él lo hace, dándonos fortaleza para la lucha, sembrando en nuestros corazones la esperanza, el amor para acogernos unos a otros.
Recibir el Espíritu Santo y creer en Él, es tomar conciencia de que cada uno de nosotros somos parte activa dentro de la comunidad cristiana y comprometerse en proclamarlo y hacerlo presente en la misma. El Espíritu Santo nos reúne hacia dentro, para enviarnos hacia fuera a dar testimonio de la fe y del amor. Dejémoslo obrar en nosotros y en nuestra comunidad. No le pongamos trabas al Espíritu para que renueve nuestros corazones.
Ven Espíritu
Ven Espíritu Santo del Padre y del Hijo.
Ven Espíritu de Amor, Espíritu de filiación,
Espíritu de paz, de confianza, de fuerza y de alegría.
Ven alegría oculta en las lágrimas del mundo.
Ven vida victoriosa de la muerte en la tierra.
Ven, Padre-Madre de los pobres
Ven, socorro de los oprimidos. Ven luz de la eterna verdad.
Ven, amor que has sido derramado en nuestros corazones.
No tenemos nada que pueda obligarte,
pero por eso estamos más llenas de confianza.
Nuestro corazón teme ocultamente que vengas,
porque eres desinteresado y delicado; porque eres distinto que él.
Pero la más firme promesa es que tú vienes.
Así pues, ven hoy, y todos los días.
Confiamos en Ti., ¿en quién podríamos confiar si no?
Te amamos porque eres el mismo Amor.
Por Ti tenemos a Dios como Padre,
porque Tú clamas en nosotras “Abba Padre”.
Nos vivificas.
Te agradecemos que habites en nosotras
que hayas querido ser el sello de Dios vivo en nosotras,
el sello de su propiedad.
Quédate con nosotras. No nos dejes solas en la lucha de la vida.
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