domingo, 11 de mayo de 2008

Flor: Gladiolo



Cortar un gladiolo y situarlo a los pies de María Virgen es no dejar que lo intelectual pueda con la semilla de lo sobrenatural que todos llevamos dentro.
Los entendidos, cuando hablan del gladiolo, comentan que refleja a la cabeza dominando el corazón y los sentidos.
Ciertamente que en la época que nos toca vivir decimos que no hay que ser sentimentalistas; que hay que huir de todo aquello que denote debilidad en el carácter o en el corazón.
Que nosotros, por el contrario, seamos de aquellos que piensan que el corazón tiene razones poderosas que jamás la mente podrá doblegar ni entender.
María, al recibir este obsequio en forma de flor, nos recuerda que Ella también meditó, guardó y saboreó todo aquello que el Espíritu le inspiraba en lo más hondo de su corazón.
Qué razón tenía aquel sabio cuando sentenció: “dejar al hombre sin sentimientos es convertirlo en fría piedra”.

Pidamos a María: NO PERDER EL SENTIDO DE LA FE

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