sábado, 26 de marzo de 2011

Deberías alegrarte porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido, estaba perdido y lo hemos encontrado


Salmo del hijo pródigo

Me dijeron, Padre,
que lejos de ti
se encontraba la vida verdadera.

Me convencieron totalmente
para marcharme lejos
con rumbo desconocido
a los espacios infinitos.

Malgasté mi vida
sin conseguir lo que buscaba,
las cosas me decepcionaron,
no lograron en mí
ni un gramo de felicidad.

Una noche,
mirando estrellas,
me acordé de la casa de mi Padre,
de cuántos criados
de mi Padre tenían en abundancia
lo que yo ahora mendigaba.

Y me levanté
con el deseo de volver al hogar.
Cuando me acerqué,
mi Padre desde lejos me esperaba,
y me abrazó con toda su ternura,
y comprendí entonces
que no había dejado de amarme. Amén.

No hay comentarios: