viernes, 18 de marzo de 2011

Se dijo: no matarás. Pero yo os digo ...

Salmo de vida



Señor de la vida,
cercano a todos,
siempre abierto a dar la vida
por los hombres.


Tú, que miras
siempre directo al corazón,
haznos reconciliados
con todos nuestros hermanos,
capaces de reconciliar,
de abrir el corazón,
de cerrar egoísmos.



Sabemos, Señor,
que nuestra civilización
está herida de muerte,
porque se potencian
muchas cosas que van
contra la vida.
No nos dejes solos y
tristemente desanimados.
 
Ayúdanos a ser
constructores de vida,
de una nueva civilización
desde el amor a la vida
en la nueva ley. Amén.

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