lunes, 25 de abril de 2011

Jesús les dijo: “No tengáis miedo: id y comunicad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán”

Salmo del resucitado

Él llegó de repente,
el primer día de la semana.
Vino a los de su casa,
la muerte no tuvo la última palabra.
La última palabra
la tuvo
su amor resucitado.
Él vive siempre
en todas las encrucijadas,
despertará esperanza,
vive con su corazón que late
y que jamás
dejará de latir,
pues es la vida-ofrenda
para que otros tengan
vida en abundancia.


Él llegó de repente;
sus heridas chorreaban vida
y nos dijo:
“No temáis,
no podrán matar a la vida verdadera
pues yo soy la vida”. Amén.

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