"Su misericordia llega a sus fieles de generación en generación".
Llena de Dios, proclamas la grandeza de su amor y te
sientes desbordada de su misericordia.
En la lectura de los libros sagrados descubriste a un Dios
cercano que no resiste la aflicción de su pueblo, y por eso puso en marcha su plan salvador.
En Ti esa misericordia llega a su plenitud, porque en el
Sí de tu entrega Dios puso su tienda en medio del mundo y se hizo uno de nosotros.
Cantas la misericordia de Dios con alegría, gratitud y
esperanza.
Cantas la misericordia de Dios proclamando que no es
sólo para Ti, sino para todas las generaciones.
Cantas la misericordia de Dios como el testigo fiel que la
experimentado la salvación.
Hoy
queremos, Madre, pedirte que nos ayudes a saborear
la cercanía de Dios. A no dudar de que tenemos un remedio para nuestras miserias. A abrirnos, como Tú, a
ese amor que libera, da
sentido a
nuestra vida y siempre es estímulo en nuestros fracasos, y fuerza para no acobardarnos ante las dificultades.
Que al experimentar la misericordia de Dios, nos hagamos sensibles a las necesidades de nuestros hermanos, y nos acerquemos a ellos con un corazón misericordioso.
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