"Proclama mi alma la grandeza del Señor"
Te sentiste
llena de Dios. Llena
de su amor.
Tu
respuesta fue
un cántico de alabanza y gratitud, saltando tu alma de gozo y
alegría: "Proclama mi alma la grandeza del Señor".
Tu alegría
es expresión
de la
benevolencia divina.
Cantas la realización en Ti de las promesas anunciadas por los
profetas. Promesas de salvación y redención.
Dios mira tu pequeñez que se hace aurora de un nuevo día. Te sientes esclava ante Dios, que te hace libre porque "el
Señor
hizo en Ti maravillas".
Dios hace brotar tu canto. Dios hace sentirte fiesta.
Para nosotros tu canto
es apertura de nuevos horizontes,
porque Dios también es para nosotros. Tu canto nos invita a la alegría de sentirnos amados por lo que somos. Tu canto es seguridad de salvación que nos libera.
Haz que acojamos, como Tú, al Dios que nos salva y
que quiere hacer también maravillas en nosotros. Haznos sensibles
a las delicadezas
de Dios que resuenen en nuestras vidas como
cántico de alabanza y gratitud. Amén.
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