miércoles, 28 de mayo de 2014

MARIA Y LA RESURRECCION DE JESUS


 
De Cristo se proclama que resucitó de la muerte

 
Acontecimiento histórico y metahistórico. Resurrección no como vuelta a la vida, sino vida en plenitud en Dios. La resurrección es manifestación del amor poderoso de Dios que nos desborda. Hay que celebrarla y vivirla a fondo.

 
María experimentó esa fuerza salvadora cuando en su concepción fue liberada del pecado original en previsión a los méritos de Cristo”. Inundada por el Espíritu, don del Señor Resucitado, concibe en su seno al Hijo de Dios. Saborea la verdadera Paz, cantada por los ángeles en la noche de Belén. Y alentada por el mismo Espíritu vive su fe en la contemplación, el servicio y la docilidad en lo pequeño.

 
La  plenitud  de  vida  resucitada  se  iba  gestando  de manera privilegiada en la vida de la Virgen. No para tener una vida fuera de lo normal, sino para vivirla sostenida y dirigida por Dios hacia la plenitud final, sabiéndose amada por Dios que la alienta en la confianza y en el gozo.
 

Gozo que es alegría no porque han desaparecido todos los sufrimientos y sinsabores, sino porque Dios quiere la vida y la felicidad. Alegría que nace del enraizamiento en Dios. María vive la verdadera alegría y nosotros la invocamos como causa de nuestra alegría.

 
Madre que, como , nos dejemos iluminar por la luz de la Resurrección. Que su fuerza nos sostenga en la fidelidad a nuestra vocación cristiana. Que la paz del Señor Resucitado abra caminos de entendimiento y concordia. Que el don del Espíritu fecunde nuestra existencia para ser testigos del amor y la esperanza. Que sepamos, Madre, vivir como resucitados.

No hay comentarios: