"Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del
Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien."
De
Jesús se dijo, y con toda razón, "que pasó haciendo el bien". También lo podemos afirmar de Ti porque tu corazón de Madre desborda de bondad y ternura.
Enséñanos a ser buenos, a ser buenos con toda nuestra alma.
Con una bondad que sepamos descubrir en los demás las cualidades y los rasgos amables de su carácter y cerrar los ojos a sus defectos grandes o pequeños.
Con una bondad que se entrega fácilmente y que sabe
romper las fronteras del amor propio, salvar todas las barreras.
Con una bondad que no se para ante ninguna mala acogida, y que no abriga ninguna desilusión.
Con una bondad que perdona al momento todas las ofensas y
las
entierra en el olvido.
Con
una bondad
decidida
a
no poner límite
ninguno a la
generosidad y dispuesta a hacer muchas concesiones por el bien
de la paz.
Con una bondad
presta a toda clase de entrega, a toda clase de
servicio y de diligencias.
Con una bondad que sea reflejo de un corazón bueno, una conciencia tranquila y una inquietud por ser sembradores de paz.
Amén.
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