domingo, 18 de mayo de 2014

María, sirve desde la sencillez


 
"María se quedó con ella unos tres meses y desps volvió a su casa".


No hiciste en tu vida hazaña alguna, ni te señalaste con ningún prodigio.

 
Tu vida consistió en el quehacer cotidiano de una mujer sencilla de Nazaret. Pero en la ejecución de esa tarea diaria, tuviste una disposición excepcional de amor, y por eso tu vida adquirió un valor sorprendente.

 
Fuiste realizando tu vida con la intención de agradar a Dios y servir a los que estaban a tu alrededor. Y pues esta constante de tu vida sencilla ha hecho de ella algo tan perfecto, ayúdanos a comprender que el valor de nuestras acciones depende de su intención; lo que importa no es lo que hacemos, sino la manera cómo lo hacemos.

 
Ayúdanos a poner en nuestro quehacer diario un intenso amor que nos haga valorar las cosas sencillas.

 
Ayúdanos a descubrir que nuestra vida tiene más valor si sabemos caminar unidos a nuestros hermanos.
 

Ayúdanos a apreciar lo que los demás hacen, aunque nos parezca pequeño.

 
Que sintamos la inquietud de realizar nuestro trabajo con la alegría y la esperanza de que el valor de las cosas no está en lo que son en sí, sino en la entrega con que las realizamos.

No hay comentarios: