jueves, 29 de mayo de 2014

María, a la espera del Espíritu


 
"Cuando venga El, el Espíritu de la verdad, os irá guiando en la verdad toda"

 
María estaba allí, con los discípulos de Jesús, cuando les inundó el Espíritu en el primer Pentecostés.

 Una misma fe, una misma oración, una misma acción de gracias nos une esta tarde en la que, unidos a toda la Iglesia, suplicamos una y otra vez: ¡Ven Espíritu Santo, ven!

Por eso hoy nuestra plegaria no es a María, sino coMaría. Unidos a Ella, como los apóstoles, oramos:

 
Ven, Espíritu Santo, soplo que acaricia y vivifica. Ven, Espíritu Santo, viento que arrastra y empuja.

Ven, Espíritu Santo, manantial inagotable que satisface  plenamente.

Ven, Espíritu Santo, vino bueno que alegra y enamora. Ven, Espíritu Santo, aceite que cura y fortalece, fuego que purifica y enardece.

Ven, Espíritu Santo, energía victoriosa que triunfa sobre la desunión y el egoísmo.

Ven, Espíritu Santo, ven. Llena nuestros corazones. Ven y quédate con nosotros para que tu luz, tu calor, tu fuerza y tamor cambie nuestra vida.

Ven, a toda la Iglesia. Ven a nuestra Comunidad Parroquial. Ven y que te dejemos actuar con la fuerza de tu amor renovador que nos lleve a ser testigos de salvación. Con María, te pedimos: Ven.

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