lunes, 26 de mayo de 2014

María, fortaleza esperanzada


 
"El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue cada día con su cruz y me siga".

 
Madre, muchas veces en la vida experimentamos desaliento y temor ante las dificultades. Nos parece arduo y difícil el camino del Evangelio. Nos cuesta ser fieles a los compromisos cristianos  en  medio  de  este  mundo  materialista  y descristianizado.

Por eso hoy te pedimos con insistencia y confianza: Inspíranos  la  verdadera  valentía,  que  no  es  impulso  violento ni arrojo ambicioso, sino fuerzaíntima del alma que ama   y quiere entregarse hasta el fin.

Inspíranos la valentía humilde y constante que persevera en las pequeñas acciones cotidianas y que se ejercita en los sacrificios ocultos.
 
Esa valentía que practicaste. La valentía de tu austera virginidad y entrega sin titubeos. La valentía de tu silencio, de tu interioridad, de la sencillez y simplicidad de tu vida. La valentía de tu sufrimiento inmenso, pero callado, al lado de la cruz de tu Hijo.

Permanece ante nuestros ojos como el ejemplo de valor robusto y oculto, de fortaleza enraizada en la verdad y en el amor, de fidelidad como respuesta a tanto bien recibido.

Haz que seamos valientes, como Tú, por el poder de Dios y no por las fuerzas humanas, bajo la mirada del Padre más bien que a los ojos de los hombres, en un impulso que busca únicamente amar al Sor.

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