sábado, 10 de mayo de 2014

María, goza con los que gozan


 
"En Caná de Galilea, comenzó Jesús sus señales".

 
Caná de Galilea estaba a unos ocho kilómetros de Nazaret. Al encontramos a Jesús y a su Madre invitados a unas bodas. Las fiestas de bodas, en aquella época, duraban varios días y había mucho ambiente. A María le gustaba aquel ambiente de fiesta familiar, motivada por el compromiso de amor de dos jóvenes cargados de ilusión. Da gozo ver a María y a Jesús y a sus discípulos en una fiesta tan entrañable.
 
María sabía y valoraba lo que es la familia, donde los lazos del amor es lo que une a las personas; donde la gratuidad es la moneda de cambio de la convivencia; donde se valora a la persona por lo que es, y no por lo que pueda producir. Por eso María  goza  acompañando  a  unos  jóvenes  que  empiezan, cargados de ilusión, una nueva familia.

Estaba al feliz y preocupada porque la fiesta vaya bien, porque la alegría de Dios, el gozo de Dios, la vida en Dios está hecha de las pequeñas alegrías de cada día, del gozo de encontrarse un grupo de amigos, de la vida que se crea cuando una pareja se dice su amor.

María, gozando con los que se alegran, nos enseña a valorar la alegría de los demás, y a sentirnos contentos cuando los demás lo están.

Madre, al verte en la fiesta de unas bodas, hoy es nuestra plica por las familias, para que el amor, que es el fundamento de la vida familiar, crezca y se manifieste en la comprensión, diálogo y aceptación  mutua.  Que  las  familias  en  conflicto  encuentren pronto salida a sus problemas. Que la familia sea de verdad escuela de amor y compromiso; ambiente cálido de fe y hogar abierto a todos. Amén.

 

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