viernes, 30 de mayo de 2014

María, contemplativa


 
"María por su parte, conservaba el recuerdo de todo esto, meditándolo en su interior."

 
Por dos veces nos dice san Lucas que guardabas en tu corazón lo que contemplabas a tu alrededor. Luego dirá Jesús que es del corazón de donde sale lo bueno y lo malo de los hombres.

Hoy queremos pedir un buen corazón, y que sea nuestra mayor ilusión llegar a conseguirlo.

 Un corazón noble y magnánimo, desprendido de sus intereses y que se olvida con gusto en una entrega alegre.

 Un corazón paciente, capaz de aguantar mucho y de sufrir sin quejarse.

 Un corazón acogedor, lleno de simpatía para los gozos y los sufrimientos de los otros.

 Un corazón amable y delicado, preocupado por satisfacer los deseos del pjimo y por sembrar el gozo en torno suyo con mil detalles.

 Un corazón fiel, que persevera en su amor a través de todas las luchas.

 Un corazón amplio y fuerte, animado de aspiraciones generosas y resuelto a seguir sus exigencias.

 Un corazón modesto y silencioso, que actuando con todo fervor y entusiasmo, se deleita en pasar desapercibido.

 Un corazón, en fin, lleno de amor que nos viene de sentirnos queridos y amados de Dios, y por tus delicadezas maternales.

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