"María por su parte, conservaba el
recuerdo de todo esto, meditándolo en su interior."
Por dos veces nos dice san Lucas que guardabas en tu
corazón lo que contemplabas a tu alrededor. Luego dirá Jesús que es del corazón
de donde sale lo bueno y lo malo de los
hombres.
Hoy queremos pedir un buen
corazón, y que sea nuestra mayor ilusión llegar a conseguirlo.
Un corazón noble y magnánimo,
desprendido de sus
intereses y que se olvida con gusto en una entrega alegre.
Un corazón paciente, capaz de aguantar
mucho
y de sufrir sin quejarse.
Un corazón acogedor, lleno de simpatía
para los gozos y
los sufrimientos de los otros.
Un
corazón amable y
delicado, preocupado por satisfacer
los deseos del prójimo y por sembrar el gozo en torno suyo con
mil detalles.
Un corazón
fiel, que persevera
en
su amor a través de
todas las luchas.
Un corazón amplio y fuerte, animado
de aspiraciones
generosas y resuelto a
seguir sus exigencias.
Un corazón modesto y silencioso, que actuando con todo
fervor y
entusiasmo, se deleita en pasar
desapercibido.
Un corazón, en fin, lleno de amor que nos viene de sentirnos queridos y amados de Dios, y por tus delicadezas maternales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario