jueves, 19 de mayo de 2011

El que recibe a mi enviado, me recibe a mí.

Salmo de la solidaridad



Queremos, Señor,
ser solidarios unos con otros
como tú con nosotros.
Tú Jesús,
eres la solidaridad
con todos y cada uno.
Te hiciste amigo de todos
en la vida cotidiana,
para poner alegría
en todos los senderos
de la historia humana.


Haznos solidarios
de los que sufren,
especialmente, Señor,
de los que no tienen nada
y lo pueden todo.



Haznos solidarios
con el pobre de la esquina
y el parado
y el joven deprimido.

Haznos solidarios
con los que no tienen
nada más que lo puesto,
y aún nos miran
y esperan de nosotros. Amén.

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