sábado, 7 de mayo de 2011

El TULIPÁN

Entre las plantas más conocidas y difundidas a nivel mundial se encuentra el tulipán, que es el símbolo, en sí mismo, de la revelación del amor.

El tulipán es una planta herbácea, de hoja perenne y raíz bulbosa. Su porte es erguido. Las flores tienen una gran variedad de formas y colores. Sus corolas tienen seis pétalos.

La delicadeza que aparenta nada tiene que ver con los cuidados que necesita, ya que basta con que tenga un suelo blando y bien drenado. Su floración se produce en primavera.

 
Reflexión


Si queremos que el tulipán se desarrolle y florezca es necesario prepararle un suelo blando y bien drenado. Para que crezca el amor a María en nuestros corazones, también es fundamental preparar un suelo seguro y firme. Si queremos que el tulipán flore, tendremos que situarlo, recibiendo directamente los rayos de sol y aportarle el agua conveniente.

Si queremos que el cristiano de frutos de amor, es preciso acudir María. Ella es el manantial de donde brota la fuente que es Cristo. Ahí es donde alcanzaremos el clima apropiado. Pero para llegar a ello tenemos que conocerla, amar y servirla. Conocerla para descubrir la confianza en Dios. Amarla como mujer de su tiempo y comprometernos a amar como Ella ama, y servirla en los hermanos más necesitados.



Canto: Salve, Madre



Oración

Señor Jesús, queremos asemejarnos a tu madre. Queremos conocerla, amarla y servirla. Haz que el amor que tú sentías por Ella florezca en nuestros corazones. María, ayúdanos a conocerte para que conociéndote te amemos y amándote te sirvamos. Queremos apoyar a nuestro pueblo, siendo testigos de tu amor y crear un clima propicio de vida de fe. Ayúdanos a tomar en serio nuestro compromiso bautismal. Amén.

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