miércoles, 18 de mayo de 2011

Lo que yo hablo, lo hablo como me ha encargado el Padre.

Salmo al Padre



Padre,
te llamamos siempre
en todas nuestras encrucijadas,
porque eres genial.
Tu amor es verdadero
como una mañana,
tiene la claridad
de una puesta de sol.
Eres un Dios estupendo
en todos los momentos,
de cercanía sin igual.
 
 
Padre,

te llamamos siempre
en nuestras horas bajas,
cuando aparece la niebla
y la oscuridad nos visita.
Te gritamos en la noche
porque tú acudes ahora
a la cita de la vida
para sembrar de esperanza
nuestras manos vacías.


Padre,
conocerte a ti
ha sido la historia
más bella de amor. Amén.

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